Tras el bombardeo estadounidense a la planta nuclear iraní de Fordo este domingo, Israel relativizó el alcance de los daños anunciados por Washington y confirmó que continuará su ofensiva contra Irán. Por su parte, Teherán denunció una agresión "sin desencadenante aparente" y aseguró que sus instalaciones nucleares permanecen operativas.
Voceros del ejército israelí moderaron las afirmaciones del sábado del presidente estadounidense, Donald Trump, quien había dicho en cadena nacional que el sistema nuclear iraní había sido "destruido completamente". El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Effie Defrin, afirmó que "aún es prematuro evaluar el impacto real de los bombardeos estadounidenses". "Estamos verificando constantemente la situación. Es demasiado pronto para determinarlo. Solo lo sabremos más adelante", sostuvo. Fuentes de inteligencia israelíes incluso admitieron que Irán podría haber retirado material sensible de Fordo antes del ataque.
Desde Teherán, las autoridades iraníes rechazaron la versión estadounidense. La agencia oficial IRNA aseguró que Fordo no sufrió daños considerables y que las actividades de enriquecimiento de uranio continúan sin interrupciones. Calificaron el ataque como un intento fallido de frenar su desarrollo pacífico en materia nuclear y denunciaron que la agresión buscó "desestabilizar la región y frenar los avances científicos" de la República Islámica, reiterando que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles.
Mientras tanto, Israel continuó este domingo con su propia ofensiva, que incluyó un ataque contra una presunta batería de lanzamisiles en territorio iraní. Defrin sentenció: "Seguiremos operando hasta que logremos nuestros objetivos: eliminar la amenaza existencial para Israel y neutralizar el programa de misiles y nuclear de Irán". El jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Eyal Zamir, advirtió a la población que debe prepararse para una "campaña prolongada" y describió la actual ofensiva como "la más compleja en la historia del país".
El conflicto se intensificó el pasado 13 de junio, cuando Israel lanzó un ataque sobre territorio iraní sin un desencadenante claro, argumentando la necesidad de frenar una supuesta carrera nuclear que Teherán ha desmentido reiteradamente, insistiendo en el carácter pacífico de su programa atómico. Desde Irán, las autoridades han hecho un llamado a la unidad nacional y han reafirmado su capacidad para responder a cualquier agresión.