Una huella dactilar parcial obtenida del cuerpo de una mujer encontrada sin vida en una cantera de Neuquén fue clave para descartar que se tratara de Luciana Muñoz, la joven de 21 años desaparecida desde hace más de un año. El hallazgo del cadáver había generado gran conmoción y preocupación en la comunidad por la posibilidad de que fuera la estudiante, pero el Ministerio Público Fiscal (MPF) ha confirmado que no hay compatibilidad.
El cuerpo, que se encontraba en avanzado estado de descomposición, fue descubierto por un camionero en el Complejo Ambiental de Neuquén (CAN). Tras el hallazgo, se activó de inmediato el protocolo de femicidio. Según el comisario Juan Barroso, el cuerpo no era visible a simple vista y estaba detrás de un montículo de ripio.
La autopsia preliminar determinó que la causa de muerte fue un traumatismo de cráneo y descartó heridas de arma blanca o de fuego. El cuerpo corresponde a una mujer de entre 25 y 40 años, de contextura delgada y 1.43 metros de estatura. Además de no coincidir con la huella de Luciana Muñoz, los investigadores tampoco encontraron compatibilidad con otros registros públicos de huellas.