Una exhaustiva investigación llevada a cabo por la División de Ciberdelito Económico del Departamento de Delitos Económicos permitió desarticular una sofisticada banda dedicada a la estafa telefónica, conocida como el "cuento ruso". La organización era liderada desde el interior de la Unidad Carcelaria N°1 de Viedma, Río Negro, por un recluso que operaba con la complicidad de sus familiares.
En el marco de la investigación, ayer por la mañana, se realizaron siete allanamientos simultáneos: uno en Neuquén Capital, otro en Centenario, y cinco en la provincia de Río Negro. De estos últimos, uno tuvo lugar en Cipolletti y los restantes cuatro en el establecimiento penitenciario de Viedma, donde se aloja el cabecilla de la banda.
La pesquisa se inició a raíz de dos denuncias penales que, tras un minucioso trabajo de rastreo, llevaron a los investigadores hasta el recluso en Viedma. Este sujeto, identificado como el cerebro detrás de las estafas, utilizaba a sus propios familiares para recibir los fondos obtenidos a través de las comunicaciones fraudulentas.
La modalidad de estafa, denominada "Un cuento ruso", se caracterizaba por su estructura en tres etapas y estaba principalmente dirigida a personas mayores.
1.Engaño inicial: El estafador se hacía pasar por un familiar que, supuestamente, había sufrido un desperfecto mecánico durante un viaje.
2.Simulación de aseguradora: Una vez ganada la confianza de la víctima, esta era derivada a un supuesto asesor de seguros. Este falso asesor solicitaba un pago como condición indispensable para brindar la asistencia prometida.
3.Pago: Finalmente, la víctima, convencida de la situación, realizaba una transferencia bancaria o entregaba dinero en efectivo o moneda extranjera.