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Alicia Partnoy, escritora, activista por los derechos humanos y profesora universitaria en Los Ángeles, Estados Unidos, expresó su inmensa alegría por la recuperación del Nieto 140, anunciado por Abuelas de Plaza de Mayo. La noticia es particularmente conmovedora para Partnoy, ya que ella misma se enteró del nacimiento de este niño cuando estaba secuestrada junto a su madre, Graciela Romero, en el centro clandestino de detención "La Escuelita" de Bahía Blanca.

El vínculo en el cautiverio

Graciela Romero, de 24 años y embarazada de cinco meses, y su esposo, Raúl Eugenio Metz, de 23, fueron secuestrados en diciembre de 1976 en Cutral Co, Neuquén, y trasladados a "La Escuelita". Alicia Partnoy, también detenida en ese centro clandestino, fue testigo indirecto del avanzado embarazo de Graciela, a quien los demás secuestrados recordaban como "la embarazada que daba vueltas alrededor de una mesa".

Entre la noche del 16 y la madrugada del 17 de abril de 1977, Graciela dio a luz a un varón en una casilla rodante dentro del centro de detención. Un error de los guardias permitió que Partnoy se encontrara brevemente con Graciela en el baño, donde la joven madre pudo confirmarle que el niño había nacido y estaba bien. "Pude hablar después del parto con ella cuando salía del baño y me dijo que era un varón", relató Partnoy, un hecho que también le fue confirmado por un guardia.

Testimonio vital y lucha por la identidad

Desde principios de los años 80, Alicia Partnoy ha denunciado incansablemente la desaparición del matrimonio Metz y la apropiación de su hijo, presuntamente por uno de los interrogadores de "La Escuelita" que deseaba adoptar. Su testimonio fue crucial en los Juicios por la Verdad llevados a cabo en Bahía Blanca en 1999, y nuevamente en 2021 durante un juicio a represores en Neuquén, donde describió las difíciles condiciones en las que estaba Graciela.

En 1981, Alicia, ya exiliada en Estados Unidos, envió una carta manuscrita a los abuelos Metz para informarles del nacimiento de su nieto el 17 de abril de 1977. Esta carta, escuchada por la pequeña Adriana (la hija mayor de Graciela y Raúl, dejada con un vecino tras el secuestro de sus padres), fue la primera confirmación del nacimiento de su hermano.

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El Proceso de recuperación del nieto 140

El reencuentro fue posible gracias a una denuncia anónima que llevó a la investigación por parte de Abuelas de Plaza de Mayo, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (UFICANTE). En abril, el hombre de 48 años, criado como hijo único por civiles, aceptó someterse al test genético en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), a pesar del desmantelamiento en curso de la Conadi y el BNDG por parte del gobierno nacional.

El viernes pasado, el BNDG confirmó los resultados, y el secretario de Abuelas, Manuel Goncalves Granada, dio la noticia al Nieto 140. Al día siguiente, Goncalves compartió la emocionante novedad con Adriana, quien "reía y lloraba. Flotaba en el aire como una libélula", según se describió en la conferencia de prensa.

Graciela Romero y Raúl Metz, quienes militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), continúan desaparecidos desde su secuestro en Cutral Co. Adriana, su hija, fue entregada a un vecino y posteriormente criada por sus abuelos en Bahía Blanca, quienes incansablemente buscaron a sus padres y a su hermano.