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Un informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA de los Trabajadores ha revelado que el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) ha perdido un 30% de su poder de compra frente a la inflación desde diciembre de 2023. Esta caída, que se acumula con retrocesos previos, sitúa la pérdida total durante el gobierno de Javier Milei en un 32,5%.

El informe destaca que el valor real del salario mínimo, que actualmente se encuentra en $322.000, es un 43,4% más bajo que en noviembre de 2019 y un 56,7% menor que en noviembre de 2015. Según el estudio del CIFRA, para que el SMVM recupere el poder adquisitivo que tenía a finales de 2015, su valor actual debería superar los $740.000.

La devaluación inicial del gobierno contribuyó significativamente a esta pérdida de poder de compra. A pesar de que el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo ha tenido cinco reuniones, no se ha logrado un acuerdo entre los sindicatos y el sector empresarial. Los aumentos nominales del salario mínimo fueron fijados por la Secretaría de Trabajo, y no solo no buscaron recuperar el poder de compra perdido, sino que lo siguieron erosionando.

Esta caída histórica ha debilitado la relación entre el salario mínimo y los salarios promedio. Actualmente, el SMVM representa menos de una quinta parte del salario promedio de los trabajadores registrados del sector privado. El valor real del salario mínimo es incluso inferior al que se registró durante la mayor parte de la década de 1990 y en el período de crisis que precedió al final del régimen de Convertibilidad.

La situación es aún más crítica al comparar el salario mínimo con las líneas de pobreza e indigencia. El estudio muestra que en julio de 2025, una familia tipo necesitó casi cuatro salarios mínimos para cubrir la Canasta Básica Total, que en ese mes se ubicó en $1.149.353, una situación peor que la que se vivió en 2001.