El próximo viento fuerte puede llevarle el techo o una nevada hundirlo. La situación de Laura San Martín y sus dos hijos, de 8 y 12 años, es de absoluta incertidumbre. Los tres viven en el barrio Nehuen Che, en una construcción hecha en un loteo nuevo que le va ganando espacio al campo. La casa no tiene encadenado ni vigas, es decir que la sujeción es mínima. Pero la cobertura tampoco tiene caída. "Necesito cambiar este techo antes del invierno", remarcó.
Laura cuenta su drama y llora. "No es por vergüenza, tengo dignidad y toda mi vida laburé", aclaró y señaló que "Luché por esta casa... Hace un año que estoy acá. Recibí ayuda del municipio: arena, ripio, algunas bolsas de cemento y cal. Con eso pegué los pedazos de ladrillo que salimos a juntar con mis hermanos. Todo es rejunte. La pared es de cerámicos para loza, los rellenamos con tierra para poderlos pegar. Nada tiene encadenado acá, solamente un pedacito en la esquina, hay varillas, todo atado con alambre. Se llueve todo".
"No quería llegar a esta situación porque me conoce mucha gente, a raíz de que pasé un montón de cosas estando acá", contó. En los últimos tiempos le entraron dos veces a la casa y le robaron "desde el televisor hasta la ropa de los chicos. Mis hijos quedaron con lo puesto y nos dejaron sin nada", señaló.
"Siempre fui empleada doméstica. Laburé 13 años en una casa y anduve mucho tiempo en los trueques, para sacar mis hijos adelante. Alquilé durante 5 años, fue muy duro. Cuando logro obtener este terreno, laburamos y en 4 meses levantamos esto. Esto es 4x5", dijo.
"Este bañito lo vine a terminar ahora. Hace un mes. Como verán no es baño, es un pozo de un metro de ancho y 1 metro de largo", precisó y sostuvo que "Dormimos los 3 ahí y es re incómodo estar acá", apuntó.
"Necesito para hacer el encadenado y un par de cerámicos o ladrillos más para que yo pueda levantar este techo y poner uno nuevo. Este techo el año pasado me soportó a duras penas la nieve y creo que fue porque Dios es grande. No tiene caída directamente", expresó.
El techo es un problemón dado que casi no tiene anclajes ni pendiente. Además esta todo agujereado. ""Entran arañas, bichos, tierra. En la noche es imposible, estamos durmiendo con los nenes y le caen arañas en la cara", se alarmó.
"Tengo que revocar porque entran arañas, entran bichos, entra tierra. En la noche es imposible. Por ahí estamos durmiendo con los nenes y le caen arañas a los nenes en la cara. Es muy feo estar así... el otro día se llovió todo, en la cama cae agua", relató.
"Luche con todas mis fuerzas para tener esto. Y lo hice sola con mi familia. Hubo mucha gente que ayudó cuando mi hermana pidió por qué yo alquilaba: o comían mis nenes o alquilaba", rememoró.
Aquellos vecinos que quieran colaborar, el número de contacto de Laura es 299-4191-100.