Un reciente informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), elaborado por el exasesor de Javier Milei, Fausto Spotorno, revela un preocupante incremento del 25% en los costos de producción en dólares para la industria argentina desde finales de 2023. Esta suba, sumada a un escenario de apertura comercial y desregulación, está generando una significativa pérdida de competitividad para los industriales del país. Como si fuera poco, los empresarios alertan sobre un posible "tarifazo" en las facturas de energía que, en algunos casos, ya se han triplicado para los grandes usuarios.
Spotorno, un reconocido consultor, advierte que esta disparidad de costos, en contraste con el aumento del 4% en el Índice de Precios al Productor (IPP) estadounidense en el mismo período, se explica principalmente por "factores domésticos" como la apreciación del peso frente al dólar, la inflación interna y la recomposición salarial, que aún no son compensados por la mejora en las condiciones financieras. "Estos incrementos afectan negativamente la rentabilidad, dificultan la planificación a largo plazo y limitan la capacidad de inversión y expansión de las empresas", sentenció el exasesor presidencial.
Los industriales señalan que este aumento de costos no puede trasladarse al consumidor debido a la contracción del mercado y al crecimiento de las importaciones, especialmente en sectores como el metalúrgico, donde aumentan un 5% mensual. Elio Del Re, presidente de ADIMRA, indicó que "el juego de los precios se está jugando en otro lado. No se está pudiendo convalidar valores por el achicamiento del mercado".
La preocupación por los costos energéticos es un tema central. Daniel Rosato, titular de Industriales Pymes de Argentina, alertó sobre un nuevo salto en las tarifas de energía, asegurando que algunas facturas ya se han triplicado en el último mes debido al componente mayorista. En el sector textil, la situación también es crítica. Mauro González, presidente de la Confederación Pyme, manifestó: "Viene todo muy complicado, lo que vemos es que no hay demanda, la situación se tensa cada vez más y el empleo se va a resentir".
La Unión Industrial Argentina (UIA) exhibe una coincidencia casi total: "La cosa así no va". Los empresarios interpretan la reciente suba del dólar como una señal de que se requieren cambios urgentes en la política económica, ya sea a través de ajustes fiscales o en el frente cambiario.
El informe de la UADE también compara los niveles actuales de producción industrial con los de abril de 2017, un período de relativa estabilidad, y el resultado es desolador: catorce de los dieciséis rubros industriales presentan caídas, lo que evidencia un "deterioro más pronunciado".
Spotorno subraya un punto fundamental: la estabilización económica no será suficiente sin reformas estructurales profundas. "Es imprescindible avanzar hacia una competitividad estructural que no dependa de ajustes cambiarios, esto implica políticas como la reducción de los costos operativos, la mejora de la productividad y eficiencia en todos los niveles", afirmó. Además, consideró "clave impulsar una agenda de reformas como la impositiva, además de impulsar inversiones estratégicas en infraestructura logística y energía e incentivos a la innovación".
Si bien los industriales concuerdan con este análisis, enfatizan la urgencia de la situación. Advierten que competir con las exportaciones de países asiáticos que reciben altos niveles de subsidios resulta imposible, y reclaman una política comercial que aborde las "conductas anticompetitivas" cada vez más frecuentes en un contexto de guerra comercial global.