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Productores de Cutral Co y Plaza Huincul cerraron el acceso a sus campos. Denuncian el incumplimiento en el pago de servidumbres y una situación crítica por la falta de suministro de agua para consumo humano y animal.

La tensión en la zona rural de la comarca petrolera escaló este lunes cuando un grupo de puesteros decidió cerrar de forma total las tranqueras de sus campos, impidiendo el paso de vehículos y operarios de la empresa de servicios petroleros Oil Stone. La medida de fuerza, que afecta principalmente las zonas de Portezuelo (Ruta 22), Ranquil Co y Los Badenes (Ruta 17), surge como respuesta a lo que los crianceros califican como un "abandono total".
Incumplimiento de acuerdos

El eje del conflicto es doble: por un lado, el reclamo económico por la falta de pago de las servidumbres —el canon que las petroleras deben abonar por utilizar terrenos privados para su actividad— y, por otro, una crisis hídrica que pone en riesgo la vida en el campo.

"La decisión se tomó por el incumplimiento de acuerdos legalmente establecidos. Cortamos por la falta de pago y por la provisión de agua. Hace días que no hay respuesta de la empresa", señalaron voceros de la familia Campos Valenzuela, quienes encabezan el reclamo junto a otros productores de la zona de Portezuelo.
El drama de vivir sin agua

Más allá de lo administrativo, el reclamo tiene un trasfondo humanitario urgente. En los sectores de Ruta 17 y alrededores, los superficiarios denuncian llevar más de diez días sin recibir el suministro de agua, vital para su subsistencia.

Para quienes residen permanentemente en el campo, la situación es desesperante. "Hay puesteros que viven en el pueblo y van y vienen, pero para nosotros este es nuestro único hogar. Es imposible vivir sin agua", explicaron los afectados. La falta del recurso no solo afecta la higiene personal, sino que ya comenzó a causar estragos en la producción: "Los animales se mueren y las plantas ya están muertas. Es muy triste", describieron.
Un pedido "de corazón"

El malestar de los vecinos apunta directamente a la sensibilidad de los directivos de la firma. Una de las puesteras afectadas lanzó un desesperado pedido público: "Les pregunto a los jefes de Oil Stone: ¿ustedes o sus familias podrían vivir sin agua? Pónganse la mano en el corazón; somos personas y el agua la tienen que traer".

Hasta el momento, la medida de fuerza se mantiene de manera firme y los productores advierten que no liberarán el paso a los vehículos petroleros hasta que la empresa brinde una solución concreta y regularice tanto los pagos como el envío de camiones cisterna para abastecer a las familias y al ganado.