Una escena sacada de una película de acción se vivió este jueves en Guarujá, Brasil, cuando un árbitro de fútbol fue detenido en medio de la final de un torneo amateur. La sorpresiva irrupción policial, con efectivos encapuchados y chalecos antibalas, se dio mientras el referí aplicaba una tarjeta amarilla a un jugador, dejando atónitos a jugadores y público.

El protagonista de este insólito momento es Ederson Carlos da Silva, de 38 años, quien, según informó el medio Globo.com, es sospechoso de formar parte de la logística de una organización criminal dedicada al almacenamiento de narcóticos. La detención ocurrió en una cancha ubicada en la Avenida Artur Paixão, del barrio Vila Ligya, y fue grabada por numerosos teléfonos celulares de los presentes.

Tras ser esposado en el campo de juego, Da Silva fue trasladado para un reconocimiento médico y posteriormente a la Comisaría de Policía de Guarujá.
La investigación y la "alta exposición social"

La detención de Da Silva es el resultado de un exhaustivo seguimiento que involucró sistemas de información e inteligencia, según detalló Glaucus Silva, jefe de la Policía Civil en Guarujá. "Es una persona de una vida social muy activa, así que ya estaba en el radar", explicó Silva, señalando que la comparación de registros con redes sociales y bases de datos fue clave para su localización.

Eduardo Camargo Lima, encargado de la Unidad de Investigaciones de Estupefacientes, reveló que el caso se inició con la incautación de 455 kilos de cocaína en San Pablo. En ese operativo, denominado "Operación Santo Amaro", se detuvo a un conductor de camión y a un escolta, quienes transportaban la droga con destino final a Guarujá. La investigación permitió identificar a otros implicados, incluido el árbitro.

Según las pesquisas, Da Silva era el encargado de almacenar grandes cantidades de cocaína en casas alquiladas por la red delictiva para su posterior distribución masiva.
De "capataz de empresa" a fugitivo y luego detenido

En noviembre pasado, la policía ya había detenido a cinco miembros de la organización, pero Ederson Carlos da Silva no había sido localizado y figuraba en la lista de buscados por el Departamento de Justicia. "Según su historial y todo lo que pudimos averiguar, trabajaba como capataz en una empresa. No teníamos información de que arbitrara partidos de fútbol", afirmó Lima.

La alta exposición pública de Da Silva, debido a su adscripción a sindicatos y asociaciones, fue lo que finalmente permitió a las autoridades ubicarlo. Sus datos pudieron ser comparados con el Banco Nacional de Medidas Penales y Carcelarias, llevando a su sorprendente arresto en pleno partido.