La derrota por 1 a 0 frente a Huracán en el Estadio Tomás Adolfo Ducó no solo profundizó la crisis futbolística del Xeneize, sino que también marcó un hito lamentable: con once partidos consecutivos sin victorias. El club de la Ribera firmó la peor racha de su vida deportiva.
El golazo de Marco Miljevic desde fuera del área fue el puñal que sentenció a un Boca que aún no conoce el triunfo en el Torneo Clausura y apenas suma dos puntos de nueve posibles.
Desde el pitazo inicial, Boca mostró la misma versión apática y monótona que lo ha caracterizado en las últimas presentaciones. El equipo de Miguel Ángel Russo pareció sufrir desde el minuto cero, arrinconado por un Huracán que, en los primeros veinte minutos, estuvo cerca de abrir el marcador con un remate al travesaño y un mano a mano que el portero Agustín Marchesín desactivó con una tapada monumental.
Los pases laterales y la ausencia de profundidad fueron una constante. Una vez más, Boca se fue al entretiempo sin haber rematado al arco y con apenas cruces a la mitad de la cancha.
Alarmas que exceden lo deportivo
El entretiempo dejó una muestra gráfica del desorden que atraviesa el equipo. Russo ordenó el ingreso de Giménez por Merentiel, pero el delantero uruguayo no estaba al tanto del cambio y salió al campo de juego. Debieron advertirle desde el banco para que retrocediera. Lo más llamativo fue que, al hacerlo, Merentiel se dirigió directamente al vestuario y no regresó para el resto del encuentro. Un episodio que enciende alarmas que claramente exceden lo deportivo y sugieren un clima interno tenso.
En el complemento, lejos de una esperada reacción, Boca repitió la fórmula de posesión inofensiva y falencias defensivas. Huracán, sin especular, volvió a convertir a Marchesín en figura hasta que finalmente logró vulnerar su valla. A los 20 minutos de la segunda mitad, Miljevic encontró un espacio en el borde del área y sacó un derechazo inatajable que se clavó en el ángulo derecho, un gol que reflejó la justicia del resultado. Ni siquiera el golpe despertó al Xeneize, que se mantuvo sin respuestas, rebeldía ni fútbol. La estadística es lapidaria: 64% de posesión del balón, pero un solo intento de gol en todo el partido.
Panorama sombrío y un clásico crucial
Con este resultado, Boca no solo profundiza su crisis deportiva, sino que también firmó una de las marcas más oscuras de sus 120 años de historia: ya lleva once partidos sin triunfos, no gana desde el mes de abril y su entrenador, Miguel Ángel Russo, aún no ha festejado una victoria desde su regreso al banco.
Actualmente, Boca se ubica en el puesto 12° de la Zona A del torneo, y su panorama es cada vez más sombrío. Del otro lado, Huracán logró recuperarse de dos derrotas iniciales, sumó sus primeros tres puntos del campeonato y dejó atrás la angustia. La próxima fecha será crucial para el equipo de Russo, que recibirá a Racing en La Bombonera. Más que tres puntos, será un clásico que podría agudizar aún más los problemas o, en el mejor de los casos, traer una calma tan anhelada como necesaria.