El esperado desembarco de Paulo Dybala en el fútbol argentino no ocurrirá en lo inmediato. Tras los rumores y sondeos iniciales, el delantero de 32 años ha dejado claro que su prioridad absoluta es finalizar su ciclo en la Roma. Pese al interés del Consejo de Fútbol xeneize, el cordobés ha decidido no forzar una salida en el mercado de pases de enero.
La estrategia de Boca para 2026
Aunque no hubo una propuesta económica sobre la mesa, la comunicación entre el entorno del jugador y Juan Román Riquelme sirvió para marcar el terreno. La postura del futbolista es estratégica:
Contrato vigente: Dybala respetará su vínculo con el club italiano hasta el último día, cumpliendo con la etapa final de la temporada bajo las órdenes de Gian Piero Gasperini.
Libertad de acción: La clave del "operativo seducción" se traslada a junio de 2026. En ese momento, la "Joya" tendrá el pase en su poder, lo que facilitaría enormemente las negociaciones con Boca.
El factor Paredes: En los pasillos de la Bombonera confían en que la cercanía de Leandro Paredes, amigo personal de Dybala, sea el puente definitivo para convencer al campeón del mundo de vestir la azul y oro.
El entorno y las señales
Las declaraciones de Catherine Fulop, suegra del atacante, no pasaron desapercibidas. Al confirmar que el deseo de jugar en Boca existe pero que los tiempos actuales no coinciden, terminó de dar forma a la versión oficial: no habrá movimientos en el corto plazo.
A partir del próximo 1 de enero, reglamentariamente Dybala ya podrá empezar a analizar precontratos con cualquier institución. Si bien por ahora el hincha de Boca deberá esperar, la puerta no está cerrada; simplemente se ha reprogramado para el invierno del próximo año, cuando el jugador pueda decidir su futuro sin ataduras contractuales con el equipo de la capital italiana.
