El país está conmocionado por el escalofriante desenlace en la búsqueda de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15). Las tres jóvenes, que habían desaparecido en La Matanza, fueron halladas asesinadas y descuartizadas en una vivienda de Villa Vatteone, en Florencio Varela.
El hallazgo de los cuerpos, ocultos en un pozo ciego de la propiedad, se dio tras el rastreo de un celular que activó una antena en la zona. La escena que encontraron los investigadores de la DDI de La Matanza era macabra: un fuerte olor a lavandina impregnaba la casa, un indicio desesperado de un intento por borrar rastros de sangre.
“Pasó el desenlace que no queríamos. Los investigadores nos confirmaron que sí, son ellas”, declaró Antonio, abuelo de Brenda y Morena, confirmando la peor de las noticias.
Trama Narco y fiesta tatal
La principal hipótesis que maneja el fiscal Gastón Dupláa apunta a una siniestra trama ligada al narcotráfico. Las jóvenes habrían sido víctimas de una venganza desatada en el marco de una fiesta organizada por una banda narco vinculada a la Villa 1-11-14 del Bajo Flores donde también se detectaron señales de sus celulares.
La principal línea de investigación señala a un traficante peruano, actualmente prófugo, como el autor intelectual de la represalia. Se barajan dos posibles móviles para la brutalidad del crimen.
En principio, un ajuste de cuentas por drogas. La versión más fuerte indica que Lara, de solo 15 años, se habría quedado con un importante monto de droga, desatando el fatal ajuste de cuentas.
La otra es que podría ser una represalia por ser "Viudas Negras". En concreto, sugiere que las chicas habrían intentado drogar a un capo narco.
Los investigadores creen que el crimen en sí ocurrió en otro sitio y que la vivienda de Varela fue utilizada únicamente para el descarte y ocultamiento de los cuerpos seccionados.
Cuatro detenidos y una confesión aterradora
La causa ya registra cuatro personas arrestadas. La policía detuvo a una pareja de nacionalidad peruana, dueña de la propiedad allanada, en un hotel alojamiento.
El eslabón clave se dio con la detención de otras dos personas que fueron sorprendidas limpiando la casa con lavandina al momento del allanamiento de urgencia. Acorralado por la policía, uno de los detenidos habría soltado una frase que condensa el horror: “me mandé una cagada”.
La Fiscalía de Homicidios de La Matanza continúa trabajando para reconstruir las últimas horas de las víctimas y establecer la responsabilidad de los detenidos, en un caso que por su crueldad y el entorno narco sacude a todo el país.