Imagen
Un macabro descubrimiento ha conmocionado a la provincia de Entre Ríos en el marco de la intensa búsqueda de Martín Sebastián Palacios, el conductor que desapareció tras trasladar al uruguayo Pablo Laurta, principal acusado del doble femicidio de Córdoba.

La Policía de Entre Ríos trabaja para identificar un cadáver encontrado en las últimas horas en las afueras de la ciudad de Concordia. La identificación es compleja debido al extremo estado de mutilación que presenta el cuerpo: según fuentes policiales de TN, le faltan la cabeza y ambos brazos. Los investigadores sospechan que podría tratarse de Palacios, pero la confirmación definitiva está supeditada a los resultados de los estudios de ADN.

Palacios, oriundo de San Salvador, había sido contratado por Laurta para un viaje con destino a Córdoba, la provincia donde residían la expareja del uruguayo, Luna Giardina, y su madre, Mariel Zamudio. Desde que partió, el 8 de octubre por la noche, el remisero no volvió a comunicarse con su familia y su teléfono se apagó poco después de la medianoche.

La última pista y el vehículo calcinado

El automóvil de Palacios, un Toyota Corolla de color blanco, fue encontrado totalmente incinerado en un camino vecinal del barrio Villa Retiro, en la capital cordobesa. Testigos de la zona rural afirmaron haber visto a un hombre, posteriormente identificado como Laurta, rociar el coche con combustible, prenderle fuego y retirarse a pie por un terreno privado.

La magnitud del incendio fue tal que obligó a una evacuación preventiva de unas 130 personas, entre residentes y visitantes. Las llamas consumieron otros catorce vehículos que estaban estacionados cerca del lugar.

Un gesto bajo la lupa de la investigación

En las últimas horas, un elemento nuevo ha intrigado a los investigadores. Un video captado por la cámara de seguridad de un comercio en Concordia muestra el momento en que Laurta y Palacios se encuentran antes de iniciar el viaje.

Las imágenes revelan que Laurta llega con un bolso y se acerca al vehículo del chofer, y ambos se saludan con un beso. Este gesto de familiaridad levantó las alarmas de la Policía, alimentando la hipótesis de que ambos podrían haberse conocido previamente y que la relación no era puramente profesional. Tras el saludo, el chofer abrió el baúl para que el presunto femicida guardara sus pertenencias.

El principal sospechoso

La línea de investigación prioritaria sugiere que Laurta fue el último pasajero de Palacios. El uruguayo fue finalmente detenido el domingo en un hotel de Gualeguaychú tras un amplio operativo federal e internacional, ya que sobre él pesaba un pedido de captura por el doble homicidio agravado y denuncias previas por violencia de género.

Mientras el cuerpo mutilado es sometido a análisis forenses, la Policía no descarta que este hallazgo esté directamente vinculado con la desaparición del chofer. Los peritos buscan obtener muestras genéticas para confirmar la identidad y determinar si la muerte se produjo antes o después de que Laurta prendiera fuego el vehículo en Córdoba. Por el momento, la Fiscalía de Concordia mantiene la más estricta reserva sobre los avances de la autopsia.