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La madrugada de este martes volvió a ser escenario de un raid delictivo protagonizado por un conocido delincuente de Centenario, apodado "Lagrimita". La impunidad y reincidencia del ladrón colmaron la paciencia de los vecinos, quienes, visiblemente frustrados, lo agredieron físicamente antes de que interviniera la Policía.

"Lagrimita", de 38 años, actuó junto a un cómplice de 36. Ambos forzaron varios vehículos en la intersección de Aníbal Verón e Intendente Pons, iniciando su ataque a la propiedad en la oscuridad de la noche.

Afortunadamente, el Centro de Monitoreo Urbano detectó la actividad de los delincuentes con mochilas y alertó de inmediato a la Comisaría Quinta.
Furia vecinal y lesiones menores en dos vehículos

El despliegue policial atrajo la atención de los residentes de la zona, quienes rápidamente identificaron a "Lagrimita". Enfurecidos por la reincidencia constante del sujeto, los damnificados se acercaron y comenzaron a propinarle puñetazos e insultos a los sospechosos. La Policía tuvo que intervenir rápidamente para "resguardar la integridad física de los involucrados" y controlar la situación.

El operativo se extendió por horas para verificar los daños. Se comprobó que los ladrones habían logrado forzar un Fiat Cronos y un Peugeot 408. Curiosamente, el botín fue ínfimo —un par de lentes y un tacógrafo—, contrastando con el grave daño material y el trastorno causado a los dueños de los vehículos.
Impunidad reincidente y sin control judicial

A pesar de la flagrancia y los múltiples daños, la historia se repitió: "Lagrimita" y su cómplice pasaron solo unas horas en la Comisaría Quinta. Tras la intervención de la Fiscalía de Robos y Hurtos y el secuestro de las mochilas, ambos recuperaron la libertad y regresaron a la calle, solo con una notificación.

El historial de este delincuente es extenso. Este mismo año, fue atrapado tras robar una relojería en el Casco Viejo de Centenario, un delito que intentó justificar alegando que los relojes "los había encontrado en la basura".

La inacción de las autoridades judiciales, a pesar de que "Lagrimita" también tiene antecedentes por ataques violentos, mantiene en vilo a la comunidad. Mientras tanto, se sugiere que el sujeto tiene un problema de adicciones, y aunque se le ha recomendado ingresar a un centro de rehabilitación, la falta de una acción judicial contundente continúa generando temor y frustración entre las víctimas.