La ciudad de Alicante se encuentra de luto tras el brutal femicidio de Oriana Rojas (29) a manos de su exesposo, Leandro Ferreyra (34), en un caso que exhibe el aterrador contraste entre la vida idealizada en redes sociales y la violencia de género. La pareja, originaria de Córdoba, Argentina, y con un hijo de dos años, se encontraba tramitando el divorcio, pero aún convivía en el barrio de Carolinas Altas.
La noticia se conoció este martes, cuando el propio agresor, tras apuñalar a Oriana siete veces y luego quitarse la vida ahorcándose, envió un escalofriante mensaje al hermano de la víctima: "Tu hermana y yo estamos muertos". El pequeño hijo de la pareja, de dos años, se encontraba afortunadamente en la guardería al momento del crimen.
El espejismo de las redes sociales
En los perfiles de Ferreyra, la imagen de un amor incondicional persistía hasta el momento de la tragedia. Publicaciones que datan desde el inicio de su relación en 2015, su boda en 2020 y su mudanza a Europa estaban acompañadas de mensajes románticos como: "Feliz día amor de mi vida. Sos indudablemente la mujer que estoy ciegamente enamorado y a la que quiero para toda mi vida".
Oriana y Leandro se habían instalado en Alicante en 2021. Él se dedicaba a trabajos de mantenimiento y ella trabajaba en el sector de tecnología para medios de pago. Sin embargo, detrás de las postales europeas, la relación se deterioró a principios de 2025. Las discusiones llevaron al inicio de un proceso de separación legal.
En las cuentas de Oriana, el cambio era notorio: las fotos de pareja se habían desvanecido, dando lugar a imágenes de su hijo y reflejos de su vida independiente en España.
Investigación en curso y repudio institucional
Aunque las autoridades no han hallado denuncias previas por violencia de género, la policía continúa la investigación para recabar información y determinar el contexto que llevó a este fatal desenlace.
El femicidio de Oriana generó una ola de repudio institucional. Este jueves, el Ayuntamiento de Alicante convocó a un acto solemne, guardando tres minutos de silencio en las puertas del consistorio en rechazo a la violencia machista. La manifestación de duelo se replicó en diversos municipios de la Comunidad Valenciana.
