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La reciente presencia y el tono del discurso del presidente Javier Milei en el cierre de un congreso en el templo Puertas del Cielo en Resistencia, promocionado como "el más grande del país", ha provocado un profundo malestar en diversos sectores de la comunidad evangélica.

Norberto Saracco, pastor de la iglesia cristiana Buenas Nuevas y líder evangélico con 56 años de trayectoria, calificó la presentación de Milei como "lamentable". Saracco explicó que "se prestó el sagrado lugar del púlpito para que el Presidente, en un claro acto partidario, dirigiera su diatriba plagada de falsos argumentos, distorsiones maliciosas y afirmaciones totalmente contrarias a las enseñanzas del evangelio”.

Críticas al discurso presidencial y la "Batalla Cultural"

Durante su intervención, Milei enfatizó la "batalla cultural para combatir por las ideas de la libertad" y exaltó la cultura judeocristiana, contrastándola con las ideas de la izquierda y la justicia social del peronismo. "No debe haber nada más antijudeocristiano que la idea de la justicia social", arremetió el Presidente desde el púlpito.

Saracco, quien dirige la iglesia Buenas Nuevas desde hace casi 40 años y es cofundador del Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires, además de integrar el consejo directivo de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), compartió sus críticas con pastores amigos, recibiendo una avalancha de mensajes de apoyo.

Aunque el pastor evangélico reconoció el derecho de los organizadores del congreso a invitar a quien quisieran, incluyendo al Presidente, lamentó el uso del púlpito para "un discurso de odio y descalificación del adversario". Saracco añadió que Milei "repitió hasta el cansancio en su sagrada arenga del sábado: la descalificación del Estado, al que hay que combatir hasta eliminarlo, y la más absoluta libertad del ser humano para que cada uno logre lo que sus fuerzas y habilidades le permitan”.

Reflexiones sobre el Rol del Estado y la Fe en la Política

A pesar de su crítica a Milei, Saracco también marcó distancia con experiencias pasadas, señalando que "para millones de argentinos ese discurso suena como cántico de sirenas, ya que venimos de un estado que no dejó espacio sin saquear, que le robó a los más pobres y dejó 52% de la población bajo la línea de pobreza. Claro que ese Estado nadie lo quiere y es una manifestación diabólica”, en clara referencia a gestiones anteriores.

El líder evangélico expresó su sorpresa ante el mensaje de Milei que vinculó el capitalismo con el protestantismo. Saracco argumentó que "el Presidente, o quienes le escriben los discursos, olvida o ignora que fue en sociedades capitalistas y protestantes, como la de Estados Unidos e Inglaterra donde se desarrolló y sostuvieron la esclavitud y el racismo, aún hoy no superados”. Y agregó: “Lo que olvida o ignora el Presidente es que los países de mejor nivel de vida para todos y no para unos pocos, son los países escandinavos, basados en principios protestantes, pero aplicados por un Estado muy presente”.

Saracco concluyó que no existen antecedentes de presidentes que hayan utilizado un púlpito religioso para difundir una línea política y descalificar a opositores. "Cada vez que se unió la fe con la política, la que perdió es la fe”, sentenció. Recordó el caso del presidente Raúl Alfonsín en la iglesia Stella Maris en 1987, pero aclaró que fue una situación "totalmente diferente", ya que no se le invitó a dar un discurso político desde el púlpito.

Finalmente, el pastor Saracco enfatizó: "La Iglesia como tal, sea cristiana, evangélica o católica, no puede estar identificada con ningún partido político. No está bien dar un espacio en el púlpito para difundir una expresión política determinada. Lo que se dice en ese lugar tiene un peso y un valor agregado, especialmente para quienes profesan una fe. No podemos colocar en ese lugar a un político”.