La última encuesta de la Universidad de San Andrés (UdeSA) arroja un dato contundente: el 61% de los argentinos se declara insatisfecho con la dirección que toma el país. Este descontento generalizado se vincula directamente con problemas económicos y de seguridad, siendo los bajos salarios y la inseguridad las principales preocupaciones ciudadanas en la era de Javier Milei.
Operadores del mercado, consultados sobre el nerviosismo cambiario reciente y la alta desaprobación del gobierno (que la encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de UdeSA sitúa en el 55%), respondieron sin rodeos: "No sorprenden esos números, porque a la gente le cuesta llegar a fin de mes".
La misma investigación confirma que los salarios insuficientes (36%), la inseguridad (32%) y el desempleo (32%) se consolidan como los problemas más acuciantes para los argentinos. Es notable la diferencia en la percepción de estos problemas según la filiación política: oficialistas y opositores los evalúan con una amplia brecha. Mientras los bajos salarios y la inseguridad muestran una tendencia ascendente en la preocupación, la inflación, aunque sigue siendo un tema, ha disminuido su impacto (14%) como problema principal.
El relevamiento, realizado por el Laboratorio de Observación de la Opinión Pública (LOOP) de UdeSA entre el 11 y el 21 de julio, encuestó a 1012 personas en diversas regiones del país (NOA, NEA, Cuyo, Centro, Sur y Buenos Aires) para conocer su percepción sobre "cómo marchan las cosas". El resultado mostró que el 61% de los encuestados está insatisfecho, con una mayor preponderancia de la clase baja y quienes se identifican con la izquierda. Solo el 37% se manifestó satisfecho, destacándose en este grupo los simpatizantes de Milei, la derecha y la clase social alta.
El porcentaje de aprobación del gobierno cayó 7 puntos porcentuales en el último mes, situándose en el 42% en relación con la medición de mayo del mismo instituto. Mirando hacia el pasado, el 46% de los encuestados considera que la situación del país empeoró, mientras que para el 31% mejoró. Sin embargo, en una perspectiva a futuro, un 36% aún cree que la situación mejorará.
Como consecuencia de este panorama, no es de extrañar que el 38% de la población exprese incertidumbre sobre el futuro político y económico del país. En contraste, el 30% se muestra optimista y el 25% pesimista.
Al igual que en los primeros dos años de gestión de Mauricio Macri y Alberto Fernández, la curva de satisfacción del gobierno de Milei ha declinado, aunque su punto de partida fue inferior al de sus dos predecesores. Estos, a su vez, experimentaron un repunte previo a las elecciones de medio término, para luego descender y estabilizarse en el tercer año de mandato. A un año y medio de gestión, la aprobación del gobierno de Milei ya se encuentra por debajo de la que tenía la administración de Macri en el mismo período.
Entre quienes desaprueban la gestión actual, predominan sentimientos negativos como rechazo, vergüenza, decepción y asco. Por el contrario, entre los que aprueban, la esperanza es el sentimiento principal, seguido a considerable distancia por la confianza.
El relevamiento también analizó la satisfacción con el desempeño de los poderes del Estado. El Poder Ejecutivo obtuvo un 29% de satisfacción, mientras que el Judicial alcanzó el 28%. El Congreso quedó rezagado, con un 17% para el Senado y un 15% para Diputados. El ascenso en la percepción positiva del Poder Judicial podría estar influenciado por el reciente fallo contra Cristina Fernández de Kirchner, considerando que la base de datos de una institución privada como UdeSA podría tener una mayor representación de la opinión anti-K.
En cuanto a las políticas específicas, los encuestados se mostraron más satisfechos con las áreas de Economía (37%), Defensa (34%) y Seguridad (33%). Sin embargo, la insatisfacción es más pronunciada en todas las áreas. Las carteras peor valoradas son Salud (19%), Ciencia (20%) y Obras Públicas (21%).