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El canciller Gerardo Werthein se reunirá esta semana con funcionarios de la administración de Donald Trump para definir un programa comercial que simbolice la alianza estratégica entre los presidentes Javier Milei y Trump. Sin embargo, la agenda es incierta debido a la "guerra comercial" global que lleva adelante Estados Unidos.

El gobierno de Trump ha impuesto altos aranceles a varios de sus socios, y no parece dispuesto a dar a Argentina excepciones que puedan sentar un precedente para otros países. Esto significa que la posibilidad de obtener arancel cero para exportaciones argentinas a Estados Unidos está prácticamente descartada, con una tasa mínima del 10% como escenario más probable.

A pesar de las dificultades, la delegación argentina, que incluye al secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, buscará reactivar un "canal arancelario" propuesto por el secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, que permitiría un flujo comercial con aranceles diferenciados.

Las ambiciones de Argentina de obtener beneficios arancelarios con Estados Unidos se encuentran con un obstáculo: la política de proteccionismo de Donald Trump. La Casa Blanca no ha hecho excepciones para países cercanos, y el gobierno de Milei no sería la excepción. Aunque Werthein y Kreckler negociarán en Washington, Argentina se enfrentaría a un arancel mínimo del 10% para sus exportaciones.

La administración Trump exige a Argentina el respeto a las patentes farmacéuticas y agropecuarias de empresas estadounidenses, un tema que el gobierno de Milei deberá resolver.
Aun así, si Argentina logra un acuerdo con un arancel del 10%, podría obtener una ventaja competitiva frente a países como Brasil e India, que están en conflicto comercial con Washington. El objetivo político del gobierno de Milei es que cualquier acuerdo sea anunciado por Trump en su red social, un gesto que marcaría la diferencia en la región y confirmaría la estrecha relación entre ambos mandatarios.