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El temario de sesiones extraordinarias incluye la "adecuación" de la ley de 2010. El foco de la disputa es el "ambiente periglacial", cuya protección es calificada de "indefinida" por el sector minero, pero considerada esencial por científicos y ambientalistas para garantizar la reserva hídrica.


El presidente Javier Milei firmó el decreto que convoca a sesiones extraordinarias del Congreso entre el 10 y el 30 de diciembre, incluyendo entre los proyectos clave la "adecuación" de la Ley de Glaciares.

La iniciativa, respaldada fuertemente por los gobernadores que integran la Mesa del Cobre (Mendoza, San Juan, Catamarca y Jujuy), busca revisar el concepto de "ambiente periglacial" incluido en la norma.

El corazón de la disputa: ¿qué es periglacial?

La Ley de Glaciares (sancionada en 2010) prohíbe la exploración y explotación minera, así como la instalación de infraestructura, tanto en los glaciares como en el ambiente periglacial.

El ambiente periglacial se define como las áreas donde no necesariamente hay masas de hielo visibles, pero sí presencia de suelo congelado y ciclos de congelación/descongelación del terreno. Estas zonas actúan como importantes reguladores del recurso hídrico, aportando caudal a los ríos.

Los argumentos a favor de la modificación

Quienes defienden la modificación de la ley sostienen que la protección del ambiente periglacial es excesivamente amplia y genera bloqueos innecesarios a proyectos productivos.

·El geólogo Eddy Lavandaio argumenta que la ley protege territorios que "no son recursos hídricos" en sí mismos. Sostiene que las rocas en la Cordillera son de baja permeabilidad y que la protección debe limitarse únicamente a lo relevado por el Inventario Nacional de Glaciares (glaciares de escombros y cuerpos de hielo).

·El biólogo Bernardo Parizek coincide en que el periglacial es un concepto "indefinido" que se ha convertido en "terreno fértil para que abogados no especializados y organizaciones puedan bloquear cualquier proyecto", alegando que la protección tiene una "fuerte carga ideológica".

 Los argumentos en contra: proteger el agua sólida

Los especialistas y ambientalistas que se oponen a la flexibilización señalan que modificar la ley implica un retroceso inconstitucional en la protección del agua dulce.

·La geóloga Laura Zalazar, coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares, subraya que proteger el ambiente periglacial es proteger hielo en estado sólido, es decir, agua dulce.

·Agostina Rossi Serra de Greenpeace apela al Principio Precautorio de la Ley General de Ambiente, indicando que si existe duda sobre el impacto ambiental, no se debe avanzar. Además, recuerda que hay estudios que demuestran que el suelo congelado del periglacial puede aportar entre el 25% y 30% del caudal a los ríos en años de sequía.

El Inventario Nacional de Glaciares ha relevado 16.968 cuerpos de hielo en Argentina, equivalente a una superficie cercana a los 8.484 kilómetros cuadrados. La inmensa mayoría de estos se encuentran en la Cordillera de los Andes, y las 25 organizaciones ambientalistas que emitieron un comunicado conjunto calificaron como "ilegal e inconstitucional" cualquier intento de debilitar su protección.