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Con cuatro hijos, la menor de tan solo un año y el mayor de ocho, Delfina, de 27 años, y su marido se encontraron en una situación desesperada al quedar desalojados de la vivienda que alquilaban en el barrio Ruca Antú de Neuquén este jueves.

La joven madre relató con angustia la difícil decisión de abandonar la casa para evitar un conflicto mayor con la propietaria: “No quisimos tener quilombo con la propietaria. Quisimos irnos en paz. La casa no es mía y teníamos que irnos por las buenas o por las malas. Yo preferí irme por las buenas, sin que nadie resultara lastimado. No quería que mis hijos vieran una situación de violencia. Aunque verlos en la calle fue fuerte para mí. Ellos me preguntaban dónde vamos a ir. Se querían quedar, y yo no sabía cómo explicarles”.

La familia había ingresado a la vivienda de material de una habitación hace aproximadamente un año, cuando contaban con algunos ingresos. Delfina se dedica a las tareas del hogar y realiza trabajos de limpieza de manera ocasional, mientras que su pareja se desempeñaba en diversas labores de albañilería, pintura y limpieza.

Delfina recordó la escalofriante amenaza que recibieron al ingresar a la propiedad: “No te quieras quedar con mi casa porque te prendo fuego con tus hijos adentro”. Esta advertencia marcó la urgencia de cumplir con los pagos del alquiler. Sin embargo, la situación económica de la familia se tornó crítica hace unos cuatro o cinco meses, cuando la pareja de Delfina perdió su trabajo de limpieza en el área de Zoonosis de la Municipalidad, donde su vínculo laboral era a través de la cooperativa Las Emprendedoras.

A partir de ese momento, se les hizo imposible afrontar el pago mensual de 250 mil pesos, lo que los llevó a acumular una deuda de dos meses de alquiler. “Nosotros le dejamos de pagar dos meses de alquiler. La mujer apareció el lunes y me dijo que saque todas mis cosas por las buenas o por las malas. No llegamos a un acuerdo y nos apuró a que desalojemos rápido la propiedad. Es la primera vez que me pasa que me quedo en la calle. Antes estábamos en lo de mi papá”, lamentó Delfina.

La difícil situación de esta joven familia pone de manifiesto las problemáticas de acceso a la vivienda y la vulnerabilidad económica que enfrentan muchos hogares en la región. Ahora, Delfina y su marido se encuentran en la calle junto a sus cuatro pequeños hijos, buscando una solución urgente para tener un techo donde vivir.