Un desgarrador pedido de justicia se ha viralizado en redes sociales, protagonizado por Micaela Torres, una joven víctima de abuso sexual que exige prisión efectiva para su padre, recientemente condenado a tres años de prisión en suspenso. La decisión judicial ha sumido a Micaela en la desesperación, al ver cómo su agresor, según sus palabras, "no irá preso, él puede hacer su vida normal".
Micaela no comprende la condena: "¿Qué clase de justicia es esta? si ese hombre me abusó de los 6 a los 19 años". Su testimonio es un grito de impotencia ante un sistema que, a su parecer, la ha desamparado.
Una lucha de años y la angustia de la impunidad
"Luché ocho años por justicia y no la recibí, porque esto no es justicia", afirmó Micaela, visiblemente afectada. Para ella, una condena en suspenso para un abusador es "una burla, es darle garantías a un pedófilo, que tiene a cargo a mi hermanita menor". Insiste en que no siente haber recibido justicia, sino que "se burlaron de mi lucha, que se burlan de mí, de mi vivencia y la de mi familia, de toda la violencia porque él fue muy violento para poder seguir teniéndome en silencio. Se están burlando de mí, de la niña que fui, de la mujer que soy".
Con un profundo dolor y rabia, Micaela Torres expresó: "Lo único que deseo es que él vaya preso, no puede salir impune. Esto es impunidad disfrazada de condena".
Un grito de auxilio ante el miedo
El llamado de Micaela no es solo por justicia, sino un desesperado pedido de protección. Con una mano en el corazón, concluyó su mensaje con una súplica que estremece: "Por favor, les pido con una mano en el corazón, que me ayuden, no me dejen sola, él me va a matar y va a abusar de mi hermanita".
Su caso reabre el debate sobre la efectividad de las condenas en suspenso en casos de abuso sexual y la necesidad de garantizar la seguridad de las víctimas.