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Un impactante y confuso suceso tuvo lugar en Villa Carmela, Tucumán, cuando un joven de 22 años apareció en su propio velorio, dejando a su familia y amigos en estado de shock. El episodio, que se volvió viral, puso en evidencia una grave falla en el proceso de identificación policial y judicial.

El insólito velorio se había organizado después de que una mujer identificara, por la ropa y rasgos físicos, el cuerpo de un hombre que se había arrojado frente a un camión. La tragedia, ocurrida en Alderetes, fue investigada como un posible suicidio. Confiando en el testimonio de la madre, la Justicia entregó el cuerpo a la familia sin realizar pericias científicas como ADN o huellas dactilares.

En medio del dolor de la despedida, y con el cajón ya listo para la ceremonia, el joven supuestamente fallecido irrumpió en la casa y gritó "¡Estoy vivo!". La sorpresa fue tan grande que causó una mezcla de desmayos, lágrimas de alivio y confusión entre los presentes. El joven, que se encontraba bien de salud, relató que había estado fuera de su casa consumiendo drogas durante varios días y no tenía idea de que lo estaban buscando.

El inesperado regreso del joven resolvió la angustia de su familia, pero dejó un nuevo misterio: ¿quién es el hombre que está siendo velado? El fiscal a cargo del caso ordenó el traslado del cuerpo a la Morgue Judicial para que se le realicen los análisis necesarios y se pueda determinar su identidad. El velorio se detuvo de manera abrupta y el cajón fue retirado de la casa, dejando un final inesperado a esta historia.

Este caso, que la familia ha calificado como "un milagro y una pesadilla al mismo tiempo", ha generado un debate sobre los protocolos de identificación de cadáveres y la responsabilidad de las autoridades. Mientras se espera una respuesta, la comunidad de Villa Carmela sigue conmocionada por una de las historias más extrañas que se recuerden.