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Un poderoso sismo sacudió la costa noreste nipona pasada la medianoche. Más de 13.000 personas buscaron refugio ante la amenaza de olas de hasta tres metros, mientras el Pacífico se ponía en máxima vigilancia. En Sudamérica, Perú confirmó que no existe riesgo para su litoral.


La madrugada del lunes 8 de diciembre fue de máxima tensión en la costa noreste de Japón, cuando un terremoto de magnitud 7,6 impactó la región. El potente movimiento telúrico, registrado a las 23:15, reactivó el protocolo de emergencia en todo el país, forzando la evacuación inmediata de miles de residentes bajo la amenaza inminente de un tsunami.


Según datos de los organismos locales, más de 13.000 habitantes de las prefecturas de Hokkaido, Iwate y Miyagi fueron movilizados hacia zonas seguras y refugios.
Epicentro y nivel de alerta

El temblor tuvo su epicentro a una profundidad de 53,1 kilómetros, ubicado a 84 kilómetros al este-noreste de Misawa, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) actuó con celeridad:

·Activó la alerta máxima en las zonas costeras de Aomori, partes de Iwate y el extremo sur de Hokkaido, donde se preveían olas que podrían alcanzar hasta tres metros de altura.

·Se establecieron advertencias preventivas para Miyagi y Fukushima.

·La ciudad de Hachinohe sintió la mayor sacudida, registrando una intensidad de nivel 6 superior en la escala sísmica japonesa, lo que subraya la severidad del impacto local.

Incluso en Tokio, a cientos de kilómetros, las vibraciones alcanzaron un nivel leve (dos).
La cadena pública NHK emitió continuos llamados a la población para que se mantuviera alejada de las costas y no retornara a las zonas de riesgo hasta recibir la confirmación oficial de seguridad.

El Pacífico en vilo: Perú desestimó el riesgo

El evento sísmico en el Cinturón de Fuego del Pacífico generó una inmediata reacción de monitoreo en diversas naciones costeras.
En Perú, las autoridades actuaron de inmediato ante la posibilidad de repercusiones transpacíficas. El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y la Dirección de Hidrografía realizaron un análisis técnico sobre las características del sismo.

El reporte oficial concluyó que no existe amenaza de tsunami para el litoral peruano. Las oficinas gubernamentales aseguraron a la población que el sismo no cumplió con las condiciones oceanográficas necesarias para generar desplazamientos de agua capaces de afectar sus costas, garantizando que el monitoreo internacional se mantiene activo.

Mientras Japón mantiene la vigilancia intensiva ante posibles réplicas y variaciones en el nivel del mar, la tranquilidad se ha restablecido en el Pacífico Sur, gracias a la validación de los expertos y la transparencia en la información.