Lo que comenzó como una expedición de aventura terminó en un conflicto público y una emergencia médica de gravedad. Tras la internación del chef Christian Petersen por una falla multiorgánica, la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM) rompió el silencio con un fuerte descargo, desmintiendo algunas versiones iniciales y cuestionando la conducta del cocinero durante el ascenso.
El relato de los guías: del silencio a la hostilidad
A través de un comunicado detallado, la entidad explicó que los problemas comenzaron antes de pisar el volcán. Petersen habría exigido condiciones específicas, como caminar en total silencio, lo que obligó al equipo a asignarle una supervisión individualizada.
La situación se tornó crítica durante la madrugada:
Medianoche: El comportamiento de Petersen habría alterado el descanso del resto del grupo en el refugio.
04:00 AM: Ante la inestabilidad de la situación, los guías iniciaron el descenso preventivo y notificaron a Parques Nacionales.
Durante el regreso: Según la AAGM, el chef mostró una "actitud prepotente" hacia el staff, lo que motivó que se solicitara la presencia de Gendarmería Nacional para intervenir en el operativo.
Desde la asociación fueron categóricos al asegurar que, durante el descenso, Petersen no presentaba signos de ACV ni arritmias, contradiciendo rumores previos sobre su estado físico inmediato en la montaña.
El cuadro clínico: hermetismo y gravedad
A pesar de la versión de los guías sobre su estado durante la bajada, la realidad médica al llegar a los centros de salud fue drástica. Tras pasar por el hospital de Junín de los Andes, Petersen fue derivado de urgencia al Hospital Ramón Carrillo.
El informe médico oficial, emitido el 18 de diciembre, confirmó que el chef ingresó con un cuadro de falla multiorgánica, permaneciendo con pronóstico reservado y bajo cuidados intensivos. Mientras tanto, el entorno familiar mantiene un silencio total, evitando declaraciones sobre las causas que desencadenaron el colapso sistémico del reconocido cocinero.
