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​La pregunta que se hacen los peritos es cómo una persona con más de 4 g/l de alcohol en sangre pudo siquiera encender el motor. Los médicos explican que esto ocurre generalmente en personas con alcoholismo crónico, quienes desarrollan una "tolerancia funcional". Esto les permite realizar tareas mecánicas básicas incluso cuando sus facultades cognitivas están técnicamente apagadas.

​Sin embargo, el riesgo es total:

​Reflejos nulos: El tiempo de reacción pasa de milisegundos a segundos enteros.

​Visión de túnel extrema: El conductor deja de ver lo que ocurre a los costados, enfocándose solo en un punto (o viendo doble).

​Riesgo de muerte súbita: A esos niveles, el alcohol deprime el sistema nervioso central hasta el punto de que el cerebro "olvida" enviar la orden de respirar.

​El peligro en la ruta

​Un vehículo a 100 km/h conducido por alguien en este estado se convierte en un proyectil sin guía. El hecho de que el conductor de la Ruta 226 haya sido interceptado antes de chocar es considerado por las autoridades de seguridad vial como un evento fortuito que evitó una tragedia de magnitudes mayores.