Image
Gracias a la transmisión en vivo vía YouTube, el público ha podido ser testigo de escenas de la vida salvaje submarina dignas de una película de ciencia ficción.
En una de las secuencias más comentadas, se observó a una araña marina (Pycnogonida) capturando a un pepino de mar.


Estos ejemplares, poco frecuentes en estas latitudes, presentan una morfología extrema: patas larguísimas y cuerpos reducidos, donde incluso los machos asumen el rol de transportar los huevos de su descendencia.

La huella del hombre ha llegado a lugares donde la luz del sol jamás alcanza. Durante una de las inmersiones de la campaña científica del Conicet, las cámaras del robot submarino SUBastian captaron una imagen tan impactante como desoladora: un viejo casete VHS depositado en el fondo marino, con una estrella de mar viviendo sobre él. El hallazgo, ocurrido a miles de metros de profundidad, sirve como una prueba irrefutable de la persistencia de los plásticos y la capacidad de la contaminación para colonizar los ecosistemas más remotos del planeta.

El registro también permitió observar la destreza de los octópodos, pequeños pulpos ocultos entre corales que demostraron su capacidad de camuflaje en entornos hostiles. La expedición, encabezada por la doctora María Emilia Bravo, utiliza estas observaciones para comprender cómo se estructuran los hábitats en torno a restos de ballenas y madera, que funcionan como "oasis" de vida en el desierto del fondo oceánico.

Esta iniciativa no solo aporta datos valiosos para la oceanografía mundial, sino que democratiza el acceso al conocimiento científico, permitiendo que cualquier persona con conexión a internet sea parte de este histórico viaje al centro del Mar Argentino.