Hallazgos contradicen la versión oficial tras el operativo "Contención". El mayor operativo policial en la historia de Brasil, dirigido contra el Comando Vermelho, ha concluido con un saldo de al menos 121 muertos y un centenar de detenciones. A pesar de que el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, calificó la acción como un "éxito", el análisis de los informes oficiales revela una importante contradicción: ninguna de las cabezas de la poderosa organización criminal fue neutralizada.
Según una revisión del informe compartido con la Corte Suprema de Brasil, ninguna de las 117 personas abatidas por la policía durante la incursión figuraba entre los 69 principales sospechosos identificados por los fiscales en la denuncia que sirvió de base para la redada. Solo cinco de los individuos nombrados en la denuncia penal fueron arrestados ese día, y ninguno de ellos ostentaba un cargo de liderazgo dentro de la banda.
Despliegue masivo y denuncias de excesos
La operación, denominada "Contención", movilizó a unos 2.500 agentes y se ejecutó en los complejos de favelas de Alemão y Penha, apenas una semana antes de la cumbre climática de las Naciones Unidas (COP30).
La estrategia de las fuerzas de seguridad consistió en la infiltración de las comunidades y el bloqueo de las vías de escape hacia el bosque circundante, conocido como Mata da Pedreira, por parte del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE). En esa zona, los enfrentamientos habrían sido particularmente violentos, suscitando denuncias por parte de los vecinos sobre presuntos actos de tortura y ejecuciones extrajudiciales, quienes acudieron a rescatar los cuerpos.
El informe policial completo solo da cuenta de la detención, sin disparos, de un único líder de rango intermedio. Las principales figuras del Comando Vermelho, incluido su líder, Edgar Alves de Andrade, alias "Doca", permanecen prófugas. Tras la intervención, los residentes de las favelas alinearon en las calles las decenas de cuerpos, lo que reflejó la magnitud del caos generado.
El debate sobre los vínculos y el pedido de renuncia
La policía ha defendido la letalidad de la acción, asegurando que los fallecidos eran presuntos narcotraficantes que resistieron a las fuerzas de seguridad y que el 95% de las personas muertas durante el operativo "tenían vínculos" con el Comando Vermelho. Sin embargo, los hallazgos recientes que confirman la ausencia de líderes entre los abatidos cuestionan la narrativa oficial.
Días después del baño de sangre, familiares de las víctimas y activistas organizaron marchas y protestas en las afueras de la favela Penha, exigiendo la renuncia del gobernador Cláudio Castro, de orientación bolsonarista, y acusándolo de haber promovido una acción "indiscriminada" contra las comunidades vulnerables.
