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Blanco Nieve, productora de la marca Casablanca y con licencias de clubes como River y Boca, cesó sus actividades en Río Grande y culpó a la "caída en las ventas y la apertura de importaciones". El gremio denuncia "abandono patronal".

La industria textil en el extremo sur del país sufre un nuevo y duro golpe. La fábrica Blanco Nieve, con sede en Río Grande, Tierra del Fuego, cerró sus puertas sin previo aviso, poniendo fin a más de 30 años de operación y dejando a 35 empleados en la calle. La compañía, que elaboraba productos bajo la marca Casablanca y ostentaba licencias oficiales de clubes de fútbol de primera línea como River Plate, Boca Juniors, Racing e Independiente, alegó una "falta de ventas" como el motivo del cese de actividades.

La noticia generó un profundo malestar entre los trabajadores, muchos de ellos con más de una década de antigüedad. El conflicto se arrastraba desde el mes de agosto, cuando la empresa dejó de abonar los sueldos y propuso un plan de pagos en cuotas que nunca se concretó.

La autogestión y el portón cerrado

Ante la crisis, y con el aval del Ministerio de Trabajo, las trabajadoras de la textil habían optado por una medida de autogestión: se organizaron para vender directamente las sábanas y acolchados que producían, contando con la solidaridad de la comunidad fueguina que compró los productos en ferias de Río Grande, Tolhuin y Ushuaia. El objetivo era obtener fondos para cubrir los salarios adeudados.

Sin embargo, a inicios de noviembre, las empleadas se encontraron con la planta cerrada con candado. Posteriormente, según reportó el sitio local 0223, recibieron telegramas de despido en los que el dueño de la firma, Diego Russo, se amparaba en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, un recurso que le permite abonar solo el 50% de la indemnización en situaciones de supuesta "fuerza mayor".

"Huyó sin dar la cara"

Desde el Sindicato Obrero de la Industria de la Vestimenta y Afines (SOIVA), la respuesta fue contundente. El gremio calificó la maniobra como un "abandono patronal" y denunció que el empresario "huyó sin dar la cara". Marcela Cárdenas, representante de los trabajadores, explicó al medio Actualidad Tdf la sorpresa del cierre: "Nos presentamos a trabajar como cualquier día normal y nos encontramos con el portón cerrado. Intentamos comunicarnos y Recursos Humanos nos dijo que la empresa no abrirá más".

Cárdenas criticó duramente la decisión del propietario, señalando que la medida fue unilateral a pesar de un acuerdo previo para que la venta de kits de sábanas sirviera para saldar el sueldo de septiembre. "Esto ha sido una canallada terrible. No se acercó nadie, ni gerencia ni el dueño, a darnos una explicación", lamentó.

El caso de Blanco Nieve se suma a una racha negativa para el sector textil en la provincia austral, afectado por la retracción del consumo y el aumento de las importaciones. En los últimos días, otra empresa fabricante de sábanas, Sueño Fueguino, también había realizado despidos. Mientras tanto, las extrabajadoras de Blanco Nieve permanecen dentro de las instalaciones para custodiar la mercadería y la maquinaria, a la espera de una intervención gubernamental que garantice el cobro de sus salarios y una solución a su situación laboral.