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El diputado nacional y referente sindical Mario Manrique lanzó una fuerte advertencia contra el proyecto de reforma laboral del Gobierno, asegurando que su verdadero objetivo no es la modernización ni la creación de empleo, sino la "fragmentación de los sindicatos" para imponer una flexibilización que beneficie exclusivamente al sector empresario.


En una serie de declaraciones que rechazan el planteo oficial, Manrique sostuvo que la iniciativa gubernamental se basa en un "relato económico" desconectado de la realidad productiva del país y de la historia industrial reciente.

La flexibilización como sinónimo de retroceso

El dirigente recordó que las experiencias de flexibilización laboral aplicadas en Argentina durante las décadas de los 80 y 90, y nuevamente durante la crisis de 2001, tuvieron como resultado un "fuerte retroceso industrial".

"La historia demuestra que cuando se rompe la relación de fuerza entre el trabajador y el empresario, siempre se termina imponiendo la voluntad del empresario," afirmó Manrique, citando conceptos que, según él, han sido reconocidos incluso por figuras cercanas a la administración actual.

El sindicalista desestimó el argumento de que flexibilizar las leyes automáticamente genere puestos de trabajo. "Ningún empresario va a tomar personal que no necesita, aunque ese trabajador fuera gratis," sentenció. Para Manrique, la prioridad para reactivar el mercado laboral debe ser un plan de revitalización económica que fortalezca la demanda y el consumo interno, algo que choca con el actual modelo "financiero y desindustrializador". En este marco, el diputado alertó que, desde el inicio de la gestión presidencial, se registran miles de despidos y cierres de fábricas.

Crisis en la automotriz y despidos

Al abordar la situación específica de la industria automotriz, el diputado trazó un panorama sombrío, estimando que solo este año se habrían perdido entre 3.500 y 4.000 empleos y que las terminales operan actualmente a la mitad de su capacidad. Manrique proyectó que una recuperación del sector recién podría materializarse a partir del año 2027.

Finalmente, criticó a la cúpula empresaria, a la que acusó de sostener demandas contradictorias: "Piden aumentos miserables y después se quejan por las importaciones. Es una inconsistencia permanente."

El rol de la CGT y la movilización

Tras considerar que los ámbitos de diálogo con el Gobierno han resultado infructuosos, Manrique instó a la CGT a adoptar una postura "más firme". Anticipó que su espacio político presentará un dictamen de minoría en el Congreso con una propuesta alternativa de "modernización laboral" que no implique una pérdida de derechos.

No obstante, el diputado subrayó que la estrategia institucional debe ir acompañada de la acción directa en las calles. "Cuando el Gobierno no entra en razón, lo único que nos queda es la movilización," concluyó, al considerar que la combinación de política y organización social será esencial para frenar reformas que amenazan con profundizar la desigualdad.