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Por: ATEN 

El gobierno ha salido a disputar la opinión pública en el marco de la discusión de salarios para el año próximo.

Declaraciones oficiales u oficiosas publicaciones de algunos medios instalan la lógica de los buenos y los malos; de los responsables vs y los irresponsables; de los comprensivos vs los corporativos.

Lamentablemente, esa forma de ver la negociación dista mucho de la realidad. Sería importante aclarar las diferencias.

Por un lado, unos tienen convenios colectivos a través de los cuales mantienen abiertas, permanentemente, discusiones sectoriales que representan mejoras no sólo de condiciones de trabajo sino salariales y a su vez, beneficios adicionales al percibir sumas importantes por ropa de trabajo (dos veces al año) o compensaciones por tareas diferenciadas. Sin embargo, otros, sin convenios sectoriales sino un escalafón único, la única mesa salarial abierta es la convocada una vez al año. Esto es un dato objetivo. Ni negativo, ni positivo. Es así.

Es por eso que unos aceptan una propuesta salarial que les puede resultar un piso y otros rechazamos, porque esa misma propuesta nos resulta un techo.

Se pretende dejar al que rechaza como fuera de contexto, individualista, ombliguista, sin sensibilidad social. Y se realza así, la responsabilidad social de quien acepta. Se pone el problema bien lejos de la responsabilidad del gobierno. La indefinición no sería porque la propuesta es insuficiente y porque no atiende la necesidad de asegurar ingresos acordes a inflación por todo el año, sino por la falta de "lectura de contexto" de los que rechazan.

En honor a la verdad, es necesario contextualizar. Si analizamos el presupuesto provincial, las proyecciones incluso del mismo gobierno sobre tipo de cambio, precio del barril de Petróleo y Producción vamos a ver que, sin tirar manteca al techo, el gobierno podría asegurar IPC para todo el año, corregir por diferencias de IPC el piso a partir del cual se aplicará la cláusula para el año que viene y atender algunos de los puntos importantes planteados por aten vinculados a compensación de costos que hoy impactan en los salarios como el transporte público.

Nadie más interesado en asegurar el inicio del ciclo lectivo y un desarrollo normal del mismo durante todo el año que aten.

El gobierno debe entender. Si a quienes se les asigna la responsabilidad de enseñar no se le da el mismo trato que al resto de los Estatales, esa desigualdad nos obliga a pensar cada propuesta desde un lugar diferente. No es irresponsabilidad, no es falta de lectura de contexto, menos despreciar una de nuestras propias conquistas como lo es el IPC, sino, aferrarnos a defender la dignidad de enseñar, de que ser docentes debe ser valorado también salarialmente y que exigir un trato igualitario no es corporativo, sino justo.