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El informe 2025 del World Inequality Lab revela una brecha patrimonial sin precedentes. La riqueza de apenas 56.000 adultos equivale a la suma de los bienes de la mitad más pobre de la población mundial.


La desigualdad económica ha alcanzado un nuevo máximo histórico. Según el reciente informe presentado por el World Inequality Lab, la brecha entre los ultra-ricos y el resto de la humanidad se ha profundizado drásticamente en las últimas tres décadas, pasando de representar el doble de la riqueza de los sectores más vulnerables a concentrar hoy tres veces ese valor.

El estudio, liderado por economistas de renombre como Thomas Piketty y Lucas Chancel, analizó datos de más de 170 países. El documento confirma que el umbral para ingresar al selecto grupo del 0,001% se sitúa en los 254 millones de euros en activos netos.

Las causas del fenómeno: Más que solo mercado

La investigación identifica que esta polarización no es accidental, sino producto de una combinación de factores estructurales y decisiones políticas:

Reformas fiscales regresivas: Sistemas que gravan menos a las grandes fortunas.

Economía digital y capital móvil: La facilidad para trasladar activos a jurisdicciones opacas o de baja tributación.

Desconexión financiera: Las ganancias por activos financieros crecen a un ritmo muy superior al de la economía productiva y los salarios.

Impacto social: El fin de la confianza institucional

El reporte advierte que las consecuencias ya son visibles en la vida cotidiana de millones de personas. El estancamiento de las clases medias, la necesidad de recurrir al pluriempleo para cubrir necesidades básicas y un deterioro progresivo de la confianza en las instituciones democráticas son los efectos secundarios directos de esta concentración.

"La concentración patrimonial se ha duplicado frente a los años noventa", advierten los autores, señalando que la tendencia, aunque se desaceleró levemente tras la pandemia, sigue una curva ascendente preocupante.

El camino hacia 2035

Para el World Inequality Lab, la próxima década será "decisiva". El informe concluye que, sin una coordinación tributaria global y la implementación de impuestos progresivos, las tensiones sociales y políticas podrían escalar a niveles críticos, poniendo en riesgo la estabilidad del bienestar social a nivel mundial.