Las recientes expresiones de Peter Lamelas, el candidato de Donald Trump para la embajada de Estados Unidos en Argentina, han generado un fuerte repudio en diversas esferas políticas y diplomáticas. Sus comentarios, vertidos durante una audiencia en el Senado estadounidense, no solo cuestionaron la autonomía de las provincias argentinas, sino que también revelaron una clara intención de Washington de incidir en los asuntos internos y las elecciones del país sudamericano.
Gobernadores de diversas provincias, como Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Ricardo Quintela (La Rioja) y Sergio Ziliotto (La Pampa), fueron de los primeros en alzar la voz. En un mensaje unificado, dejaron claro: "No admitimos presiones externas ni condicionamientos".
Lamelas, al analizar la situación argentina, señaló como un "desafío" o "problema" la facultad de las provincias para negociar proyectos directamente con "fuerzas extranjeras, con los chinos u otros". Esta postura, que sugiere una limitación a la soberanía provincial, encendió las alarmas de los mandatarios regionales.
El gobernador Melella fue contundente en sus redes sociales, afirmando que Tierra del Fuego "no se deja disciplinar por nadie" y que las declaraciones de Lamelas "bordean el intervencionismo y desconocen la soberanía" de su provincia. Remarcó que la decisión sobre con quién dialogar y a quién recibir es exclusiva del pueblo fueguino, sin admitir "lecciones" de ningún embajador. Incluso, de forma más directa, instó a Lamelas a "quedarse en su país a resolver sus problemas de corrupción" y a "dejar de ser socio de los usurpadores británicos", haciendo alusión a la cuestión Malvinas.
En la misma línea, Ziliotto de La Pampa calificó las palabras del diplomático como una "amenaza colonialista". Subrayó que, amparados en la Constitución Nacional, los pampeanos "deciden libremente a quién recibir y escuchar", siempre y cuando se respete la democracia y la división de poderes. "En La Pampa no aceptamos, ni aceptaremos, intromisiones externas que busquen disciplinarnos", sentenció.
Por su parte, Quintela de La Rioja alertó sobre la "inaceptable" intromisión de un "visitante temporal" en cuestiones internas y la soberanía del país. Criticó el aparente desconocimiento de Lamelas sobre la Constitución Nacional y las autonomías provinciales, enfatizando que ninguna provincia permitirá que un extranjero "pretenda decidir por nuestro futuro y el de nuestros recursos".
Lamelas y su visión de "influencia" en Argentina
Durante su exposición, Lamelas también delineó sus supuestos roles como embajador, que incluyen viajar a las provincias para "dialogar y llegar a un verdadero acuerdo con los gobernadores", no limitándose solo al gobierno nacional. Sin embargo, sus declaraciones fueron más allá al afirmar que su función sería "asegurarse de eliminar la corrupción", "apoyar a Milei y su gobierno a llegar a fondo con el atentado a la AMIA", y asegurar que "Cristina Fernández de Kirchner reciba la justicia que se merece".
Para culminar sus controvertidas declaraciones, Lamelas expresó abiertamente la intención de EE. UU. de incidir en el proceso electoral argentino, en un claro respaldo al actual gobierno. Mencionó la necesidad de "seguir apoyando la presidencia de Milei, en las elecciones de medio término, hasta el próximo período", lo que generó aún más preocupación sobre la independencia política de Argentina.
La respuesta de China a las acusaciones de Lamelas
Las declaraciones de Lamelas no solo irritaron a los gobernadores, sino que también provocaron una respuesta de la Embajada de China en Argentina. Tras ser acusado de realizar acuerdos y proyectos "corruptos", la sede diplomática asiática rechazó las afirmaciones, calificándolas de "plagadas de prejuicios ideológicos, propios de una mentalidad de 'Guerra Fría' y basados en un peligroso juego de suma cero".
El comunicado chino enfatizó que Argentina "no debe convertirse en un 'campo de batalla' de los intereses de las grandes potencias", sino que debe consolidarse como un espacio de "cooperación internacional en pos del desarrollo, la reforma y el fomento de la paz". La embajada de Beijing concluyó que las palabras de Lamelas "no hacen más que provocar una sensación de inquietud ante el posible resurgimiento de la denominada 'Doctrina Monroe'", contradiciendo los mismos "valores democráticos" que Estados Unidos proclama.