La planta siderúrgica Acindar, un pilar industrial en Villa Constitución, ha detenido casi por completo sus operaciones, con una paralización del 80% en sus principales líneas de producción desde el pasado sábado. Esta drástica medida responde a una combinación de factores que han golpeado al sector por más de un año: la caída del consumo interno debido a la paralización de la obra pública y la baja general en la construcción, sumado a un fuerte aumento de importaciones de acero, especialmente de China.
Este sombrío panorama llevó a la compañía a suspender a cerca de 500 trabajadores, lo que generará un efecto dominó en los contratistas de Acindar y en las empresas locales del sur santafesino que la abastecen. Las suspensiones no son nuevas; desde principios de año se han implementado recortes salariales del 75% y programas de retiros voluntarios. Referentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de la acería señalan una caída abrupta en la actividad productiva, pasando de 1.200.000 toneladas de acero procesadas en 2023 a la mitad en 2024.
Pablo González, secretario general de la UOM de Villa Constitución, confirmó la situación: "La compañía comunicó que a partir del sábado 26 de julio y hasta el 4 de agosto queda parada la acería y el tren laminador Nº 1. A esto se suma la planta de Reducción Directa que ya está parada y personal de mantenimiento de contratistas".
Dentro de Villa Constitución, algunos sectores políticos y económicos especulan sobre si Acindar podría estar utilizando la recesión para obtener algún beneficio, una idea que cobra fuerza al contrastarse con la inversión de US$280 millones anunciada por Sidersa en San Nicolás para producir aceros largos, aunque a otra escala. La diferencia clave radica en que el 70% de la producción de Acindar se destina al mercado local, que está "claramente detenido", en particular por el freno de la obra pública nacional que lleva casi dos años. A esto se suma la "inundación de acero barato" de origen chino, turco y mexicano en un mercado sin regulaciones, lo que golpea duramente a la producción nacional.
La producción de Acindar cerró 2024 con 600.000 toneladas, una reducción a la mitad respecto a 2023. Esta baja se atribuye a la contracción de sectores clave como la industria, que retrocedió un 12.4%, y la construcción, con una caída del 19.5% en el mismo período. Acindar, controlada por el consorcio indio Arcelor Mittal, evalúa constantemente la viabilidad de sus plantas, y existe la posibilidad de que decida abastecer el mercado argentino desde otros enclaves fabriles del grupo, como sucedió en 2024 con Dow Chemical.
El economista Sergio Arelovich explica que "es totalmente previsible que, en un escenario de dólar caro, una corporación multinacional defina sustituir producción local por importaciones de plantas de su mismo grupo". Para Arcelor Mittal, las plantas en Argentina representan menos del 4% de su holding. "En esas circunstancias dicen: 'yo protejo mi ventaja donde me convenga producir y me siento arriba de la cuota de mercado'. Cómo abastezco ese mercado, en este caso el argentino, lo decido en función de dónde produzco a menor costo. Y el nuestro es un país caro en dólares", añade Arelovich.
El periodista especializado en Economía Álvaro Torriglia, de Rosario, destaca que la paralización afecta no solo a los trabajadores directos, que pasaron de 1.230 empleados propios en noviembre de 2023 a 930 actuales (tras retiros voluntarios y cortes de contratos), sino a todo el ecosistema económico de Villa Constitución: contratistas, cooperativas, comercios y talleres barriales. Cabe señalar que este distrito, un baluarte industrial de la provincia, fue de los pocos donde La Libertad Avanza se impuso en las últimas elecciones provinciales.
Un factor que ha sostenido la demanda de Acindar en el último tiempo ha sido la obra pública provincial, con el gobierno de Pullaro solicitando acero para la construcción del puente Santa Fe-Santo Tomé, una iniciativa de 40 mil millones de pesos.
Panorama general de la industria siderúrgica
El último informe de la Cámara Argentina del Acero, difundido esta semana, revela que la producción de acero crudo en junio alcanzó las 320 mil toneladas, lo que representa una caída del 8.6% respecto a mayo, pero una suba del 16.5% interanual. La producción de laminados, por su parte, fue de 262.500 toneladas, con una baja del 20.9% mensual y un aumento del 12.2% interanual.
En cuanto a los sectores demandantes de acero, la Cámara subraya que "la construcción continúa con bajos niveles de actividad sin signos que permitan vislumbrar un cambio de tendencia. Los despachos de cemento cayeron 1% en junio respecto del mes anterior". En el sector automotor, la producción nacional de junio registró una baja del 11% respecto a mayo, pero un aumento del 34% en comparación con el mismo mes del año pasado.
El sector de maquinaria e implementos agrícolas "mantiene un buen nivel de demanda, impulsado por una notable cosecha gruesa. Sin embargo, hay una moderada expectativa de inversión por aumento de tasas. Continúan las amenazas por el incremento de importaciones de maquinaria nueva y usada, tanto unidades completas como componentes, principalmente provenientes de Brasil y China, que impactan sobre la producción nacional". Finalmente, en los segmentos asociados al consumo masivo, como línea blanca, envases de hojalata y tambores, "la producción nacional se encuentra afectada debido al aumento de importaciones de productos terminados. En el caso específico de línea blanca, se observa en paralelo una incipiente activación del consumo, apalancada fundamentalmente en el incremento de las opciones de financiación disponibles".