En un contexto de escalada del dólar y el riesgo país, el ministro de Economía, Luis Caputo, enfrenta una dura prueba: refinanciar casi $9 billones en letras que vencen este miércoles. El Gobierno apela a una estrategia de alta presión para lograr su objetivo, en medio de la desconfianza generada por los nuevos escándalos de corrupción.
La estrategia de los "encajes": forzar a los bancos a la compra
El salto del dólar y del riesgo país puso al Gobierno contra las cuerdas, pero Caputo tiene una herramienta clave para forzar la refinanciación: el aumento de los encajes bancarios. Al obligar a los bancos a subir sus reservas del 45% al 53.5%, el Gobierno los deja sin opciones, ya que no tienen otra alternativa que suscribir los nuevos bonos que se ofrecen.
El menú de títulos incluye las Letras de Capitalización (Lecap), las atadas al dólar (Lelink) y las nuevas Tamar. Para hacerlas atractivas, las tasas de interés se mantienen altas, un movimiento clave para "secar" el mercado de pesos, contener la inflación (promesa de campaña de Milei) y evitar que la gente se vuelque al dólar.
El costo de las altas tasas, un problema de fondo
La consultora Equilibra advierte que este esquema está creando una bola de deuda cuyo costo podría ser similar al del presupuesto de la Ley de Discapacidad que el Congreso aprobó y el presidente vetó. Según sus cálculos, el costo financiero de la suba de tasas hasta octubre podría ascender a $2.6 billones, un monto comparable al costo fiscal de esa ley.
Además, el informe de la consultora destaca que las tasas de interés se encuentran en niveles "sumamente nocivos" para la economía real y que el Gobierno las mantendrá así al menos hasta las próximas elecciones legislativas, lo que representa un fuerte encarecimiento del financiamiento tanto para el sector público como para el privado.