El presidente Javier Milei evalúa ausentarse de la próxima reunión del bloque regional en Foz de Iguazú, señalando un posible enfriamiento en la integración y una marcada preferencia por los acuerdos bilaterales extrabloque.
La Presidencia argentina está ponderando la no participación del jefe de Estado, Javier Milei, en la próxima Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur), programada para el 20 de diciembre en Foz de Iguazú, Brasil. Si bien la decisión final no está confirmada, las señales internas apuntan a una inclinación por la ausencia, según indicaron fuentes gubernamentales a la prensa.
Esta potencial inasistencia no sería un hecho aislado, sino que se interpretaría como una profundización en la estrategia de política exterior argentina, que busca marcar una distancia con respecto a los principales socios del bloque, en particular con el gobierno de Luiz Inácio "Lula" Da Silva.
Desinterés y la agenda de Brasil
La deliberada ausencia de Buenos Aires en el foro regional coincidiría con la aceleración de las negociaciones de Argentina con los Estados Unidos para la firma de un nuevo marco bilateral de comercio. Este movimiento es percibido como un giro en la diplomacia comercial, privilegiando los entendimientos con el hemisferio norte por sobre la integración sudamericana.
El posible desaire ocurre justo cuando Brasil, bajo la administración de Lula, está liderando un esfuerzo por reactivar y profundizar los lazos del Mercosur. Uno de los puntos focales de la agenda de Brasilia es la concreción definitiva del histórico acuerdo comercial con la Unión Europea antes de que finalice el año.
Si dicho pacto se cerrara, constituiría un logro fundamental para la proyección internacional del bloque, aunque su implementación requeriría posteriormente la ratificación por parte de los parlamentos de todos los países miembros. El presunto desinterés de Argentina en la cumbre plantea interrogantes sobre su compromiso con esta y otras iniciativas de profundización regional.
