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Tras una batalla legal que se prolongó por más de una década, el empresario Miguel Ángel Ferrucci fue declarado absuelto por tercera vez de la acusación de contrabando agravado de cocaína. Ferrucci, cuyo nombre está ligado a la provisión de materiales para importantes obras nacionales como la Casa Rosada y el Obelisco, fue juzgado en relación con un cargamento de 380 kilos de cocaína hallados en España en 2014. El Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 1 de Buenos Aires emitió el fallo a su favor, sugiriendo que el empresario pudo haber sido víctima de un engaño.


El caso judicial se caracterizó por una gran inestabilidad, con sentencias que se anularon y contradijeron a lo largo de los años. Inicialmente absuelto, luego condenado y finalmente exonerado, el proceso puso de manifiesto las complejidades del sistema legal argentino y concluyó sin resolver todas las incógnitas sobre la autoría del contrabando.

La Cocaína en el Mármol

La investigación se originó cuando un cargamento de mármol travertino despachado desde Argentina fue interceptado en el puerto de Valencia, España. La droga se encontraba oculta dentro de los bloques. El envío había partido de Buenos Aires en el buque MSC Vigo y fue descubierto en 2014. El destinatario final del material era la firma barcelonesa Imexeval Representaciones.

La empresa de Ferrucci, United Stone, quedó bajo la lupa por la logística del envío, ya que los bloques de mármol habían sido almacenados en sus instalaciones en La Tablada antes de ser embarcados. No obstante, las autoridades nunca pudieron determinar con certeza el momento exacto ni la persona responsable de introducir la cocaína en los pallets.

La defensa sostuvo que el empresario fue víctima de una sofisticada trampa. El responsable del engaño fue identificado como Javier Cantó Tortosa (quien posteriormente fue condenado en España). Este individuo se hizo pasar por un empresario de renombre con supuestos proyectos en Argelia (bajo el nombre falso de Jordi Bosch) para ganarse la confianza de Ferrucci y utilizar a United Stone como fachada para la operación de exportación del mármol.

Trayectoria judicial y argumentos clave

El extenso caso de Ferrucci pasó por múltiples instancias:

1.2020: Primera absolución por falta de evidencia.

2.2021: La sentencia de absolución fue anulada tras apelaciones de la AFIP y el Ministerio Público Fiscal.

3.2022: Se dictó una nueva condena, que fue revertida por la Cámara Federal de Casación Penal, ordenando la realización de un nuevo juicio.

En el juicio definitivo, el Tribunal Oral consideró plausible que Ferrucci hubiera sido manipulado por los compradores europeos. La evidencia presentada (que incluía e-mails y registros telefónicos) indicaba que la relación comercial mantenida por el empresario con los acusados parecía legítima y habitual.

A lo largo del proceso, United Stone, una empresa familiar, continuó sus operaciones, aunque enfrentó la amenaza de la cancelación de su personería jurídica y la prohibición de operar en el comercio exterior, lo que habría tenido efectos catastróficos. La defensa, a cargo de José Manuel Ubeira, argumentó que Ferrucci fue un chivo expiatorio de una compleja red delictiva y denunció la irrazonable extensión del proceso judicial.

Pese a la absolución, el fiscal general Marcelo Agüero Vera aún dispone de una ventana legal para apelar la decisión. El plazo para presentar esta apelación vence la próxima semana, lo que podría reabrir este prolongado litigio.