Una inusual y perturbadora situación ha alterado la vida de los residentes del barrio San Martín. La instalación de una "granja de minería de criptomonedas" en un predio fabril, equipada con cuatro potentes generadores eléctricos a combustible, ha sumido al vecindario en un ruido constante e "insoportable" las 24 horas del día, llevando a los vecinos a elevar su protesta formalmente ante la intendencia municipal.
Según los propios afectados, el zumbido ininterrumpido de estas máquinas, destinadas a "minar" criptomonedas como Bitcoin, ha convertido el descanso nocturno en una misión imposible. Pero el impacto va más allá de las horas de sueño, afectando actividades cotidianas como el estudio, el trabajo remoto y la simple convivencia familiar. "Es como tener un motor de camión encendido todo el tiempo al lado de tu casa", graficó una vecina, reflejando la desesperación que se vive en las calles de Guayaquil, Comandante Cabot, Federico Echelaine y Paso de los Andes.
Impacto ambiental y ausencia de respuestas oficiales
La preocupación de los vecinos no se limita al aspecto sonoro. También alertan sobre el impacto ambiental que genera la combustión continua de estos generadores, tanto en términos de contaminación auditiva como atmosférica. A pesar de haber presentado múltiples notas de queja ante las autoridades pertinentes, hasta el momento no han obtenido una respuesta oficial ni se ha esbozado una posible solución a la problemática.
En su última comunicación dirigida al municipio, firmada por decenas de residentes, el mensaje es claro: "recuperar la tranquilidad habitual" del barrio. Los vecinos detallan la instalación de los "turbogeneradores" y enfatizan la "seria contaminación auditiva" que padecen desde el inicio de las obras.
Un llamado urgente a la verificación y regulación en zona residencial
Los frentistas no solo describen la situación, sino que solicitan de manera urgente la presencia de funcionarios municipales. Piden que se acerquen al lugar para verificar la situación, realizar las mediciones de niveles sonoros correspondientes y tomar las medidas necesarias para solucionar el problema. Remarcan que esta zona de la ciudad está catalogada como residencial, lo que debería implicar una mayor protección ante este tipo de actividades industriales ruidosas.
"La situación es insostenible. Queremos saber si esto tiene habilitación, si se hicieron mediciones de impacto sonoro, si alguien controla estas instalaciones. No podemos seguir viviendo así", expresó otro de los vecinos perjudicados. Los residentes del barrio San Martín aseguran que no cesarán en su reclamo, buscando respuestas concretas por parte de las autoridades municipales y provinciales, y no descartan organizar acciones comunitarias si la problemática persiste sin una solución a la vista.