A pesar de que el sector exportador cárnico manifiesta preocupación por la falta de competitividad y rentabilidad, los precios al público experimentaron una escalada significativa desde mediados de septiembre. Los distintos cortes de carne vacuna subieron entre 20% y 55% en solo dos meses, tendencia que podría acentuarse en diciembre, un mes históricamente alcista por las festividades.
El incremento se sintió con particular fuerza en cortes populares como el asado, cuyo precio se disparó un 32,1% hasta alcanzar los $14.000 por kilo. Aún más dramático fue el caso del asado americano, que, según la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), aumentó un 55%, pasando de $10.000 a $15.500 el kilo.
Impacto en el consumo
La aceleración de precios, sumada a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, provocó un derrumbamiento del consumo de carne vacuna del 20% en los últimos cuatro meses.
Consultoras privadas confirman la tendencia:
·LCG: Reportó que en la última semana, el segmento Carnes fue el de mayor incidencia en su índice de alimentos, con un alza del 1,7%.
·Consumidores libres: Señaló que la carne fue el producto que más se encareció durante la primera quincena de noviembre, promediando un incremento del 6,18%.
Leonardo Rafael, presidente de la CAMyA, atribuyó el ajuste de precios a un traslado directo del costo de la hacienda, que subió entre el 20% y 25% en el mismo período. El empresario no descartó la posibilidad de que el kilo de asado se acerque a los $25.000 hacia fin de año.
Exportación y la sombra de EEUU
El sector exportador se muestra entusiasmado con la posibilidad de ampliar sus ventas a Estados Unidos tras un reciente acuerdo comercial. Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales de Argentina (FIFRA), destacó que el pacto reconoce al SENASA como autoridad y facilita la exportación de todo tipo de cortes sin hueso, una ventaja respecto a otros mercados.
No obstante, esta expectativa reaviva la tensión histórica entre la exportación y el mercado interno. Algunos sectores advierten que un mayor volumen de despachos a EE. UU. podría generar un impacto negativo en la oferta local, provocando una reedición de la antinomia tradicional sobre a quién priorizar: el mercado externo o el abastecimiento doméstico.
Mientras los ganaderos obtienen beneficios de la suba en el precio de la hacienda, los frigoríficos que operan para el mercado interno se quejan de la baja rentabilidad, la falta de competitividad y el avance de la faena informal.
