A pesar de una leve contracción en la distancia entre los extremos, la desigualdad económica sigue siendo una característica estructural en Argentina, de acuerdo con los datos de distribución de ingresos correspondientes al segundo trimestre de 2025, publicados por el INDEC. Los números revelan que los sectores más acomodados perciben ingresos que son 13 veces superiores a los del decil más bajo.
El informe detalla que el ingreso promedio de la población total alcanzó los $537.024, en un período donde el monto global de ingresos creció un 87% interanual. Sin embargo, este promedio es superado ampliamente por los sectores más altos.
Radiografía de la desigualdad por estrato
El análisis por estratos evidencia la marcada disparidad en las remuneraciones. El 61,8% de la población (aproximadamente 18,4 millones de personas) declaró haber percibido algún ingreso, con un promedio de $879.285. Al desglosar esta cifra:
·Sectores Bajos (Deciles 1 a 4): El ingreso promedio se ubicó en apenas $300.990.
·Sectores Medios (Deciles 5 a 8): El promedio fue de $804.370.
·Sectores Altos (Deciles 9 y 10): El promedio se disparó a $2,18 millones.
Esta brecha se repite en el universo de la población ocupada, donde los ingresos de los deciles superiores ($2,23 millones) triplican a los de los deciles medios ($862.535) y quintuplican a los del fondo de la tabla ($318.626).
El ingreso no registrado sostiene a los vulnerables
Los datos del INDEC reafirman la dependencia de los sectores vulnerables del trabajo informal y de los ingresos no laborales. Mientras que los ingresos laborales representan el 78,4% del total de la economía, el 21,6% restante proviene de transferencias y otras fuentes, rubro que tiene un peso desproporcionadamente mayor en los hogares más pobres.
Esta situación se refleja claramente en el segmento asalariado: los trabajadores con aportes jubilatorios obtuvieron un promedio de $1.133.377, casi duplicando los $565.625 percibidos por quienes no cuentan con descuentos previsionales, señalando la precarización del empleo en los deciles inferiores.
Desigualdad de género persistente
La brecha también se manifiesta notoriamente por género: el ingreso promedio de los hombres fue de $1.033.742, superando en más de $300.000 el promedio de $728.991 registrado por las mujeres perceptoras.
En cuanto a la medición técnica de la disparidad, el Coeficiente de Gini se ubicó en 0,424, marcando una muy leve mejora respecto al 0,436 del año anterior, pero sin reflejar un cambio sustancial en la estructura de la distribución de la riqueza.