La desproporción entre el valor de la vivienda y el poder adquisitivo de los trabajadores está creando una situación insostenible para los inquilinos en Buenos Aires. Marta Libera, vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, alertó sobre la "extrema dificultad" que enfrenta el mercado de alquileres debido a que los sueldos no acompañan los precios.
Según la especialista, el costo de un departamento familiar básico puede llegar a consumir la mitad del ingreso promedio de un trabajador, una crisis que se debe al estancamiento salarial, o "ancla en los ingresos".
Aumentos inasumibles y morosidad disfrazada
Libera explicó en declaraciones radiales (Radio Rivadavia) que, aunque las actualizaciones de precios se hayan moderado, cualquier inquilino que deba renovar su contrato ahora se enfrenta a un incremento de "por lo menos, un 50% más" respecto a lo que venía pagando.
La dirigente fue categórica al advertir que "no hay bolsillo, no hay salario que haya aumentado eso" para un trabajador medio. Esta realidad crítica, si bien es más intensa en CABA, se replica con fuerza en el Gran Buenos Aires, ya que la relación entre alquiler e ingreso se mantiene deficiente en toda la zona.
Paradójicamente, la morosidad formal no se ha disparado. Libera destacó una "voluntad de cumplimiento notable" en los pagos, con estadísticas que registran hasta un 98% de cumplimiento. Sin embargo, esta estadística esconde una dificultad financiera severa: los inquilinos se ven obligados a recurrir a pagos desdoblados o diferidos, un claro indicio de que, si bien priorizan esta obligación, enfrentan serias dificultades para abonar en una sola cuota y a término.
Hoteles familiares como último recurso
La falta de viviendas con precios accesibles ha provocado un impacto social colateral. Libera señaló que los hoteles familiares de la zona se han convertido en la única alternativa de alojamiento para quienes no pueden sostener un alquiler tradicional.
Estos alojamientos están "prácticamente con su capacidad completa" y sirven como un "colchón" para "mucha gente que alquilaba, no puede bancar el alquiler y en lugar de ir a la calle tiene como alternativa" estos espacios. La vicepresidenta concluyó que, en su desesperación por "resolver su tema de vivienda", los inquilinos han llenado estos alojamientos, al punto de que "prácticamente no hay habitaciones" disponibles.