Un incidente que ha generado amplio repudio y controversia sacudió a Villa La Angostura: una inspectora municipal de Tránsito, paradójicamente la encargada de fiscalizar el cumplimiento de las leyes viales, provocó un choque mientras conducía bajo severos efectos del alcohol. (Foto ilustrativa)
El suceso se remonta a junio, cuando la empleada, fuera de servicio y al mando de su vehículo particular, impactó contra un camión perteneciente a la flota municipal. La prueba de alcoholemia practicada reveló un índice de 1.92 gramos de alcohol por litro de sangre, una cifra que casi cuadruplica el límite legal establecido.
Dura respuesta municipal y sanción récord
La respuesta del Gobierno local fue inmediata y contundente, buscando establecer un precedente. La Dirección de Tránsito impuso la sanción económica más alta contemplada en el código: una multa de $\$4.370.000$ (cuatro millones trescientos setenta mil pesos) y la inhabilitación para conducir por 90 días.
Adicionalmente, la agente deberá completar un curso obligatorio de reeducación sobre alcoholismo y seguridad vial, dictado por la misma dependencia donde presta servicios. La recuperación de su licencia estará supeditada a la aprobación exitosa de esta capacitación.
Desde el Ejecutivo se subrayó que esta decisión ejemplar es indispensable frente a una "conducta inadmisible" en alguien que tiene la responsabilidad de hacer cumplir las normativas.
Repercusión social y sumario administrativo
El caso desató una ola de indignación y fuertes críticas en la comunidad, con numerosos comentarios en redes sociales cuestionando la doble moral: "¿Si quien debe controlar comete este error, qué podemos esperar de los demás ciudadanos?", fue el sentir dominante de los vecinos.
Más allá de la sanción económica, la situación laboral de la inspectora pende de un hilo. Actualmente, avanza un sumario administrativo interno que, por tratarse de una "falta grave y conducta inapropiada", podría culminar en la expulsión definitiva de la trabajadora del municipio.
A pesar de que su abogado, Cristian Pettorosso, ha manifestado que la sanción aún no es definitiva y podría apelarse por vía judicial, el daño reputacional y moral ya está profundamente marcado: la imagen de una controladora de tránsito ebria al volante se ha convertido en un símbolo de irresponsabilidad que la sociedad no está dispuesta a pasar por alto.