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Una operación policial ejecutada el martes por la tarde en el barrio Moreyra Ross, en el norte de la provincia de Córdoba, culminó con la detención de un hombre de 22 años, quien ejercía como profesor de actividades deportivas en instituciones locales. El individuo está siendo investigado por los delitos de grooming y tenencia de material de explotación sexual infantil, un hecho que ha provocado una gran conmoción en la comunidad.

El origen de la investigación: alerta global

La clave de la detención provino de un seguimiento a nivel mundial. La investigación se activó gracias a una notificación emitida por el NCMEC (National Center for Missing and Exploited Children), una organización con sede en Estados Unidos dedicada a monitorear la circulación de contenido de abuso sexual infantil en internet y a alertar a las autoridades judiciales alrededor del mundo.

El sistema de vigilancia de la NCMEC logró detectar la distribución de imágenes de explotación sexual y, mediante el rastreo tecnológico, identificó la dirección IP desde donde se originaba el tráfico de dicho material. Este dato permitió a los investigadores argentinos geolocalizar el domicilio del sospechoso en Deán Funes.

Detalles de la operación y el material secuestrado

Con la orden judicial correspondiente, los agentes allanaron la vivienda del joven. Durante el procedimiento, se incautaron diversos dispositivos informáticos que contenían material pornográfico. Las autoridades describieron el contenido como extremadamente sensible, con víctimas menores de edad.

Fuentes judiciales indicaron que la ocupación del detenido como profesor de educación física y actividades deportivas en distintos ámbitos locales es un agravante, ya que esta posición le facilitaba el acceso y contacto constante con niños y adolescentes.

Actualmente, el hombre permanece bajo custodia. Será trasladado al penal de Cruz del Eje una vez que su defensa legal sea formalizada. La Fiscalía interviniente trabaja activamente en la definición de las imputaciones formales, las cuales podrían incluir la producción, distribución de contenido de abuso sexual infantil y grooming.

Como parte crucial del proceso, se ha dispuesto que los menores de edad identificados en las imágenes brinden testimonio a través del protocolo de Cámara Gesell, un mecanismo diseñado para resguardar su integridad psicológica durante la recolección de pruebas.