La provincia gestionó una prórroga de seis meses del contrato de conservación de la planta y concretó días atrás reuniones de trabajo con directivos de Cambridge Isotope Laboratories (CIL) quienes expresaron su interés por adquirir al menos 80 toneladas de agua pesada al año.
La reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), que está paralizada desde hace siete años, es un tema que ocupa al gobierno neuquino desde la asunción de Rolando Figueroa como gobernador. El actual ministro de Planificación, Rubén Etcheverry, quien también preside la PIAP informó que se ha obtenido una prórroga de seis meses al contrato de conservación de la planta, cuyo vencimiento original era el próximo miércoles, 30 de abril.
Esta extensión, acordada entre los accionistas de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI) -operadora de la planta- y la Comisión Nacional de Energía Atómica -dueña del activo PIAP- permite continuar con los trabajos de mantenimiento necesarios para conservar el equipamiento en condiciones operativas y minimizar la pérdida de conocimiento especializado sobre el proceso de la PIAP. Además, permite avanzar con otras gestiones, orientadas a lograr la reapertura de las instalaciones.
En ese sentido, Etcheverry destacó las reuniones realizadas, incluyendo el análisis del estado actual y el potencial del proyecto en el directorio de la ENSI y se refirió especialmente a la visita de los máximos directivos de Cambridge Isotope Laboratories (CIL) -incluyendo su CEO Cliff Caldwell- entre los días 22 y 24 de abril.
Tras recorrer las instalaciones ubicadas en Arroyito, "los representantes de CIL se llevaron una grata sorpresa por el muy buen estado de conservación y la envergadura de las instalaciones", dijo. Los ingenieros de CIS (Cambridge Isotope Separations, subsidiaria de CIL) realizaron consultas sobre el programa de mantenimiento y el plan de acondicionamiento, considerando este último factible.
Además, se avanzó en un borrador de acuerdo (MOU) que establecerá las bases para futuros acuerdos de compra. Inicialmente, se discutió una demanda de 80 toneladas anuales por 5 años, pero CIL planteó la posibilidad y su necesidad de ampliar esa cantidad a 160 toneladas anuales. Se acordó garantizar en firme la entrega de 80 toneladas anuales, con la posibilidad de revisar el aumento de la demanda una vez que se avance en el financiamiento para la reactivación.
Si bien el precio del producto fue señalado como un tema a resolver por CIL, se explicó que los costos de electricidad y gas natural son similares a los de Estados Unidos, y que el costo de producción se eleva por la intensidad energética del proceso y la falta de asociación con otros procesos productivos que hoy se están evaluando. Sin embargo, CIL coincidió en la alta calidad del producto de la PIAP en términos de concentración isotópica e impurezas.
El objetivo es tener un borrador del acuerdo terminado antes del 9 de mayo, fecha en que CIL tiene una reunión de Directorio para su consideración.
En su rol de presidente de la PIAP, Etcheverry explicó que estos avances se dan en un contexto de creciente interés global por la energía nuclear y la demanda de agua pesada para refrigeración de reactores nucleares de generación eléctrica y usos médicos y científicos, así como para la industria electrónica (microcomponentes, OLED). En este sentido, detalló que la provincia del Neuquén también mantiene reuniones con empresas y organismos de países como India, Canadá y Estados Unidos. Recientemente, Candu Energy Inc. visitó la PIAP para evaluar un posible contrato de suministro a largo plazo para su nuevo reactor Monark.
El futuro de la PIAP dependerá en gran medida de la concreción de estos contratos, que permitirán sostener financieramente el proceso de reactivación (el siguiente desafío una vez firmados los contratos), el cual requiere una inversión estimada de 60 millones de dólares para un período de "alistamiento" (inversiones y entrenamiento para la puesta en marcha) de 20 meses.
La obtención de contratos firmes de compra de agua pesada es prioritaria para conseguir financiamiento o atraer inversores, dado que el Estado nacional ha manifestado no estar en condiciones de financiar la reactivación.