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El mercado financiero argentino atraviesa un momento de intensa incertidumbre tras el fin del ciclo de liquidación de divisas del sector agropecuario, lo que ha generado una inusual calma en el tipo de cambio pero ha disparado las tasas de interés a niveles preocupantes, superando el 70%. La situación ha desatado temores de una parálisis en la actividad económica ante la virtual desaparición del crédito.

Este martes marcó el fin del período de liquidaciones agrarias que, impulsado por una baja de retenciones en junio, inyectó dólares al mercado. Sin embargo, en lugar de un salto en el dólar, se observó un descenso de casi el 2%, cerrando en $1275. La explicación detrás de esta aparente estabilidad cambiaria reside en el vertiginoso ascenso de las tasas de interés, que en el caso de las cauciones alcanzó el 14% la semana pasada y llegó al 77% este martes.

El detonante de este escenario fue el fin de las LEFI el pasado 10 de julio, lo que liberó una considerable cantidad de pesos al mercado y provocó una caída de las tasas de interés inicial, ejerciendo presión sobre el tipo de cambio en un momento en que finalizaba la liquidación de la cosecha gruesa. Ante esta coyuntura, el Ministerio de Economía realizó una licitación de emergencia logrando absorber casi $5 billones.

Tras esta intervención, la tensión cambiaria se contuvo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, afirmó haber alcanzado un "nuevo equilibrio monetario programado". No obstante, los analistas de mercado siguen de cerca la intervención oficial a través de la venta de dólar futuro.

Mientras el dólar oficial cerró el lunes en $1300 en el Banco Nación para luego descender a $1275 el martes, la preocupación se centra en las elevadas tasas de interés. "Quedaron muy altas, y va a seguir así, salvo que haya inyección de liquidez", advirtió el CFO de una entidad bancaria, sentenciando: "Préstamos habrá muy pocos, todos estamos preocupados por la liquidez".

Todas las miradas están ahora puestas en la próxima licitación del 31 de julio, fecha en la que vencen $12 billones. "Ahí el riesgo es que los que se asustaron ahora con estos movimientos no quieran rollear la deuda y liberen muchos pesos a la calle, y volvamos nuevamente al extremo", anticipó el ejecutivo bancario.

El economista Federico Machado describió la coyuntura como una "crisis de tasas". Según su análisis, la agresiva política de absorber pesos, llevando las tasas de las LECAP al 50%, resultó en una "muy poca liquidez disponible a corto plazo" y una "inundación del mercado de títulos en pesos", con la emisión de $10 billones en nuevas LECAP en las dos licitaciones de julio. Machado alertó sobre los riesgos de mantener tasas tan elevadas: el encarecimiento del crédito, lo que frenaría una actividad económica ya debilitada, y el deterioro del resultado fiscal al aumentar la deuda en términos reales si no se compensa con mayor superávit primario.

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo ya reflejó este freno, con una caída del 0,1% intermensual en la actividad un mes después de la liberación del cepo cambiario. A pesar de los anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo, para movilizar los "dólares del colchón" y dinamizar la economía, la falta de aprobación de leyes en el Congreso ha impedido una remonetización efectiva en dólares, lo que subraya la crítica importancia del crédito.

Fernando Corvero, CEO de Pampa Capital, ilustró el impacto a nivel microeconómico: "Hoy una pyme llama a una SGR para rollear un cheque y no hay mercado. Ya no es que la tasa está alta, es que no hay mercado. Un giro al descubierto puede estar en 150% a un día. Los bancos se asustaron y se sentaron en la caja, pero esto no puede durar mucho tiempo". La expectativa de Corvero es que en la próxima licitación se alcance el "punto Anker", un término que el equipo económico usa para describir el escenario donde no se renuevan todos los vencimientos debido a que los bancos necesitan liquidez ante una mayor demanda de pesos. "Las tasas podrían ponerse peor porque la cantidad de pesos no varía. Habrá que ver qué pasa después de la licitación del 31, si los bancos no vuelven a pasarse para el otro lado", añadió.

La fecha de la próxima licitación es crucial, no solo por la situación interna, sino también porque coincide con la definición del Fondo Monetario Internacional sobre la primera revisión del acuerdo con Argentina. En ese momento se evaluará el cumplimiento de las metas trimestrales y se determinará si el país solicitó un "waiver" o perdón por incumplir el objetivo de acumulación de reservas.