La industria hotelera del país está en una crisis sin precedentes, perdiendo un promedio de diez empleos formales por día. La Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) advierte que la carga impositiva asfixiante, el disparo de los costos operativos y la caída brutal de la demanda están llevando a la actividad al colapso, a pesar de estar en plena temporada invernal, tradicionalmente uno de sus picos más fuertes.
"Mientras otros países apuestan al turismo, acá lo están destruyendo", sentenciaron desde la AHT en un comunicado que describe un escenario desolador: habitaciones vacías, cancelaciones masivas de reservas y despidos constantes en muchas ciudades turísticas argentinas.
La carga impositiva y el aumento exponencial de costos
El sector señala directamente a las políticas económicas del gobierno de Javier Milei como las causantes de esta crisis. Según la AHT, de cada 100 pesos que se cobra por una tarifa hotelera, 60 se destinan a impuestos. A esta presión fiscal se suma un aumento descontrolado de los costos que supera, y en algunos casos quintuplica, la inflación general. Ejemplos claros son los incrementos de hasta 400% en tarifas eléctricas y del 500% en costos inmobiliarios.
La combinación de altos impuestos y costos disparados ha provocado una caída drástica en la capacidad de gasto de la población, desplomando la demanda hotelera a niveles donde los establecimientos ya no logran cubrir sus costos fijos.
Gabriela Ferrucci, presidenta de la AHT, ironizó sobre la situación: "Cuando el presidente decía que con esta presión impositiva era inviable trabajar, tenía razón. Pero lo que hizo su gestión fue agravar aún más esa situación. Hoy nos encontramos al borde del colapso". Ferrucci destacó que la hotelería es un motor clave de empleo formal, con más del 90% de sus trabajadores en esta modalidad, incluyendo muchos jóvenes y personas del interior, y a pesar de ello, el sector ya perdió un 4% de sus puestos de trabajo en el último año.
Propuestas para la reactivación y falta de voluntad política
Lejos de impulsar el turismo como fuente de empleo e inversión, como hacen países vecinos que reducen impuestos para atraer viajeros, el gobierno argentino parece haber optado por desatender al sector. La AHT insiste en la necesidad de aplicar un IVA diferencial, una medida que ya existe en muchas naciones y que, según la ley argentina, podría ser implementada por decreto reduciéndolo un 25%. "Es urgente", advierten.
Otra medida crucial que proponen es que el gasto en turismo nacional pueda deducirse del Impuesto a las Ganancias. Esto no solo incentivaría el consumo en destinos locales, sino que también promovería la formalidad al permitir deducir solo facturas emitidas por prestadores registrados.
La crisis golpea con especial fuerza a las provincias, donde el turismo es una fuente de ingresos vital. En destinos como Bariloche, Salta o Mendoza, la hotelería formal opera a menos del 30% de su capacidad. La AHT subraya que competir con países donde los costos laborales, la carga impositiva y los servicios básicos son significativamente más bajos es "imposible".
"La hotelería genera cuatro veces más empleo que las industrias pesadas por cada millón de dólares invertido", recordó Ferrucci. "Es una gran oportunidad para cualquier gobierno que quiera fomentar el empleo formal. Pero eso requiere voluntad política. Por ahora, no la vemos". Mientras el gobierno insiste en políticas de ajuste, el turismo, una de las industrias más representativas del país, se debilita, y con cada día que pasa, más personas pierden su sustento.