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El paquete de asistencia de Washington a la Argentina levanta sospechas de conflicto de interés. La sincronía entre las apuestas del multimillonario inversor Rob Citrone y el anuncio del Tesoro estadounidense, liderado por su ex colega Scott Bessent, apunta a una posible información privilegiada que benefició a un círculo íntimo de Wall Street.

La asistencia financiera de U$S 20.000 millones otorgada por Estados Unidos a la Argentina, anunciada por el Secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, no solo reafirma la injerencia geopolítica de Washington, sino que ha desatado una ola de sospechas por presunto tráfico de influencias y beneficios para un grupo selecto de inversores con vínculos directos con el funcionario.

El salvataje, que llega en un momento de desesperación para el presidente Javier Milei ante la caída de su imagen y la proximidad de las elecciones de medio término de 2025, parece haber servido como un "salvavidas político" en el plano local y un "negocio redondo" en Wall Street.

La sincronía sospechosa de Citrone

El epicentro de la controversia es el gestor de fondos de cobertura multimillonario Rob Citrone, cofundador de Discovery Capital Management. Citrone ha sido un apostador clave en la economía argentina desde la asunción de Milei, invirtiendo masivamente en deuda con altas tasas y participaciones en empresas locales.

Sin embargo, su apuesta, que inicialmente rindió un 52% en 2024, se vio amenazada por el deterioro económico, la disparada del desempleo (cercano al 8%) y la derrota de La Libertad Avanza en las Elecciones Bonaerenses de septiembre. Con el Banco Central gastando más de U$S 1.000 millones en una semana para frenar la devaluación, el mercado de bonos argentinos se hundía.

Es en este contexto de desplome que Citrone realizó una maniobra que levanta todas las alarmas: compró más bonos argentinos días antes de que Scott Bessent revelara el paquete de asistencia.

Cuando el rescate se anunció, los bonos se dispararon, transformando la apuesta de Citrone en una ganancia extraordinaria y sugiriendo una sincronía imposible sin acceso a información privilegiada.

Vínculos de Soros: el "75% de su bonificación"

La conexión que alimenta las sospechas se remonta a la época en que Bessent y Citrone trabajaban para el legendario inversor George Soros.

Citrone no solo es definido como "amigo del Secretario del Tesoro", sino que él mismo ha revelado la profundidad de su influencia. En 2013, Citrone convenció a Bessent y a Soros de apostar fuerte por el dólar frente al yen. "Scott dice, medio en broma, que soy responsable del 75% de su bonificación en Soros en ese período", relató Citrone. Esta anécdota confirma una relación de estrecha colaboración con impacto directo en las fortunas personales de ambos.

Según reportó el New York Times, Citrone estuvo en contacto estrecho con Bessent en el período previo al anuncio del Tesoro. El inversor no solo advirtió que el colapso de la moneda argentina minaría el soporte político de Milei, sino que planteó el factor geopolítico: si Milei perdía las elecciones, Argentina recurriría a China, lo que significaría que EE. UU. perdería a uno de sus aliados clave en la región.

Críticas de Nobel y otros beneficiarios

La decisión de Bessent ha generado críticas incluso a nivel global. El premio Nobel de Economía, Paul Krugman, cuestionó abiertamente la situación.

“Una de las personas que instó a Bessent a intervenir en nombre de Milei fue su viejo amigo y excolega Rob Citrone, un multimillonario dueño de fondos de cobertura que apostó fuerte por el éxito de Milei y compró más activos argentinos justo antes del anuncio de Bessent. ¿Aprovechará Citrone el préstamo puente de Bessent, respaldado por los contribuyentes, de finales de septiembre —porque eso es todo— para tomar su dinero y huir?”, escribió Krugman.

El beneficio no se limitó a Citrone. Otros inversores con lazos históricos con Bessent, como Stanley Druckenmiller, su mentor en Soros Fund Management, cuyo family office es el segundo mayor inversor en el principal fondo cotizado en bolsa de Argentina, también se beneficiaron del alza de los activos tras el rescate. Fondos gigantes como BlackRock, Fidelity y Pimco también figuran entre los grandes ganadores de la decisión.

De esta forma, la ayuda financiera a la Argentina parece haber funcionado no solo como una herramienta de política exterior para Washington, sino como un “salvavidas” garantizado por el contribuyente que rescató las arriesgadas apuestas de un círculo de influyentes financistas de Wall Street.