La Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), pilar histórico de la industria aeroespacial del país, se enfrenta a un desmantelamiento operativo sin precedentes. La ausencia de acuerdos con el Estado Nacional ha forzado a la compañía a implementar un severo plan de achique que contempla la desvinculación de 200 empleados, reduciendo su fuerza laboral a poco más de 450 operarios.
El "vuelo solitario" de los F-16
La crisis de la planta cordobesa se profundiza en un contexto de millonarias inversiones en defensa, aunque lejos de los talleres locales. Mientras el Ministerio de Defensa, bajo la conducción de Luis Petri, concretaba la adquisición de cazas F-16 a Dinamarca por un total de 941 millones de dólares, FAdeA quedaba sistemáticamente excluida de cualquier rol técnico.
A pesar de contar con la infraestructura para la modernización de estas naves, el Gobierno Nacional decidió delegar las tareas de actualización y mantenimiento en firmas internacionales como Lockheed Martin, Terma y Elbit Systems. Esta decisión técnica y política deja a la fábrica local sin la posibilidad de aplicar su experiencia, un contraste marcado con la década del 90, cuando la planta sí intervino en el reacondicionamiento de los aviones A-4 comprados en aquel entonces.
Parálisis productiva y oportunidades perdidas
La inactividad de la fábrica responde a un vacío contractual que ya cumple dos años:
·Frenazo al Pampa: Se han detenido proyectos cruciales como la actualización de los aviones Hércules y los entrenadores Pampa.
·Exportación frustrada: Las gestiones para vender 24 unidades del IA-63 Pampa a México —un negocio potencial de hasta 360 millones de dólares— no prosperaron bajo la actual gestión ministerial.
·Fuga de cerebros: Con salarios que promedian los mil dólares (la mitad de lo que pagan países limítrofes), técnicos especializados están migrando masivamente hacia gigantes globales como Airbus.
La cadena de valor en riesgo
La falta de firmas y definiciones por parte de Defensa no solo afecta a los empleados directos. La red de proveedores locales de FAdeA ha denunciado deudas acumuladas y la cancelación de órdenes de compra, lo que amenaza con destruir el ecosistema de pequeñas y medianas empresas de alta tecnología vinculadas al sector aeronáutico.
Desde el gremio aeronáutico (STA), advierten que la política oficial no solo desfinancia la empresa, sino que la vacía de su capital más valioso: el conocimiento técnico. Mientras los cielos argentinos esperan los nuevos cazas, los hangares de Córdoba permanecen en un silencio administrativo que pone en duda la supervivencia de la fábrica a largo plazo.
