La Unión Industrial Argentina (UIA) ha encendido las alarmas ante un aumento "exponencial" del contrabando, fenómeno que atribuyen a una supuesta flexibilización deliberada de los controles aduaneros por parte del actual gobierno. Tras su reunión de junta directiva, la entidad advirtió que el ingreso masivo de mercadería ilegal no solo fomenta la informalidad y la competencia desleal, sino que representa un riesgo sanitario y de seguridad para los consumidores.
La competencia desleal y la fuga de controles
El reclamo de la UIA se focaliza en varios sectores clave:
·Textil y Calzado: Los referentes de las cámaras expresaron su profunda preocupación por la competencia desleal que generan tanto las plataformas internacionales (como Shein o Temu) que operan con mínimos controles impositivos, como el ingreso de fardos y mercadería falsificada por las fronteras, especialmente la norte (Bolivia y Triple Frontera).
·Electrónica: La Asociación de Fábricas Terminales de Electrónica (Afarte) reveló que uno de cada tres celulares activados en Argentina no fue fabricado ni importado legalmente. Gran parte de esta mercadería de origen chino, que incluye desde smartphones hasta aires acondicionados, ingresa por Paraguay y se distribuye a través de plataformas online.
·Cerveza y Tabaco: La industria cervecera denunció que el 40% de la mercadería relevada en el AMBA carecía de origen legal. También se cuestiona la falta de regulación local para los cigarrillos electrónicos (vapers), cuyo consumo masivo se mantiene a pesar de su prohibición absoluta, ingresando de forma clandestina.
La directora de departamentos técnicos de la UIA, Agustina Briner, subraya que la combinación de un tipo de cambio relativamente bajo (hasta hace poco) y la modificación de la normativa aduanera para acortar la vigilancia ha incentivado el ingreso de todo tipo de bienes, desde alimentos y bebidas hasta grifería y calzado, sin pagar aranceles ni ser inspeccionados por dumping o normas de salubridad.
Un informe reservado que complica a la Aduana
La preocupación de los industriales cobra más peso a la luz de un informe reservado de la Sindicatura General de la Nación (Sigen). El documento, que audita la gestión de la Aduana, liderada por José Velis, señala graves deficiencias en el sistema de control.
Según el reporte, en los depósitos aduaneros hay unas 190 cámaras de vigilancia inoperantes, ya sea por no funcionar, estar tapadas o enfocando lugares irrelevantes. La diputada Marcela Campagnoli (CC) alertó que esta "ausencia de una contratación de mantenimiento" y la "inadecuada distribución" de las cámaras comprometen la seguridad del comercio exterior, recordando episodios como el del avión que ingresó sin control por Aeroparque.
Sobornos y burocracia: la nueva normalidad en puertos
Fuentes ligadas al organismo y despachantes coinciden en que la Aduana, ahora bajo la órbita de Juan Pazo (ARCA) y con funcionarios impulsados por Santiago Caputo, está experimentando un aumento en la discrecionalidad y la petición de sobornos.
Aunque la Aduana asegura estar "normalizando el comercio exterior en línea con los países de la región" al reducir el porcentaje de "canal rojo" (inspección física) y pasar la mayoría de los bienes a "canal verde" (liberación automática), los despachantes señalan que:
·Hay mucha menos mercadería que pasa por scanners.
·Rutas históricamente consideradas de alto riesgo, como las de España y México (por narcotráfico), ahora pasan directamente a canal verde.
Ello ha dado pie a una nueva operatoria informal: ante el boom de importaciones y la alta ocupación de depósitos, inspectores "desaforados" desvían discrecionalmente la mercadería de canal verde al naranja (revisión documental), encontrando siempre un "papel faltante" o amenazando con derivar el caso a la Justicia Contencioso Administrativa. Esta presión burocrática, sumada al ajuste salarial de los agentes, estaría facilitando el aumento en las "comisiones" (sobornos) para liberar la mercadería rápidamente.