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El movimiento de derechos humanos de Argentina lamenta la partida de Vera Vigevani de Jarach, una de las figuras más emblemáticas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Vera falleció sin obtener la respuesta a la pregunta que guió su lucha: qué sucedió con su hija, Franca Jarach, desaparecida a los 18 años por la última dictadura cívico-militar.

La noticia fue comunicada por Taty Almeida, presidenta de la Línea Fundadora, quien destacó que la vida de Vera condensó las grandes tragedias y las firmes resistencias del siglo XX.

Una vida marcada por el exilio y la búsqueda

Nacida en el norte de Italia en 1928, la historia de Vera se inició con una huida forzada. Su familia, escapando del avance del fascismo, decidió exiliarse en 1939, llegando a Argentina en segunda clase a bordo del barco Augustus. "Cuando llegué, se terminó mi infancia", recordaba Vera, marcando el abrupto final de su niñez.

Ya en Argentina, Vera se formó como periodista y se casó con Jorge Jarach. El 19 de diciembre de 1957 nació Franca, una joven brillante que fue abanderada del Colegio Nacional de Buenos Aires. Franca abrazó la militancia política y fue secuestrada el 25 de junio de 1976, con apenas 18 años, coincidiendo con la caída de un grupo de activistas gráficos. Aunque Franca logró hacer una llamada breve a su casa, diciendo estar en la Superintendencia de Seguridad Federal, su rastro se perdió.

El legado de la "doble nacionalidad" y el "Nunca más el Silencio"

La desesperada búsqueda de Vera la llevó a ser una de las primeras en contactar a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y a sumarse a la lucha de las Madres de Plaza de Mayo en 1977.

Su compromiso con la memoria fue inagotable. Fue cofundadora del Parque de la Memoria, formó parte del directorio del Espacio Memoria (ex-ESMA) y fue una de las impulsoras de los homenajes en el CNBA para que los desaparecidos "reaparecieran". Su frase más icónica, "Nunca más el Silencio", resume su activismo: "Es no estarse quietos. Es decir, denunciar. Y, con eso, no hay una garantía, pero sí una esperanza".

En un acto simbólico de cierre de su historia, Vera, que ya había saldado una deuda con la humanidad, saldó una personal al recibir la doble nacionalidad argentina en 2023.

El cortejo fúnebre de la incansable luchadora será despedido en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires entre este viernes y la mañana del sábado, antes de su traslado al Cementerio de la Chacarita.