Esta mañana se llevó adelante una movilización, organizada por ATE, pidiendo justicia por Azul, estuvo encabezada por el hermano quien dijo que “estoy acá para pedir justicia por mi hermana, para que esto no quede impune, porque lo que hicieron con ella, con nadie lo tendrían que hacer… si hay algo que aprendí de Azul es esa valentía de lograr cada sueño que ella tenía, de ponerle el pecho, el hombro, el alma a todo lo que ella se propusiera, en memoria de ella les pido que no nos dejen solos porque esto recién comienza”.

“Quiero creer que va a haber justicia por la memoria de Azul, por sus amigas, por mi familia y por todos, porque como hace unos días dije que siempre lo miré en la vereda del frente, nunca me tocó de este lado…”, agregó.

El punto de partida de la movilización fue significativo: la intersección de Sarmiento y Don Bosco, precisamente frente a la Dirección Provincial de Protección Integral de las Violencias, el organismo donde Semeñenko, de 49 años, se desempeñaba laboralmente. Una considerable cantidad de personas formó una columna que luego se dirigió hacia el emblemático Monumento a San Martín, epicentro del reclamo cívico.

En respuesta a la tragedia y para facilitar la participación en la marcha, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) activó un paro de actividades por 24 horas. Paralelamente, el Gobierno provincial declaró dos días de duelo oficial, una medida adoptada para expresar luto y solidaridad con la víctima y su entorno.

La identidad de la mujer fue confirmada tras el hallazgo de su cuerpo el martes por la tarde en la zona de Valentina Norte Rural. Una pareja que paseaba en el sector alertó a las autoridades al encontrar los restos, que presentaban evidentes signos de una muerte violenta. La posterior autopsia, cuyos resultados se conocieron el miércoles, ratificó la causa de su deceso. Semeñenko había sido reportada como desaparecida desde el 25 de septiembre.

El brutal crimen de Azul Semeñenko ha provocado un hondo impacto en toda la provincia de Neuquén. Este caso subraya de manera urgente la necesidad imperiosa de implementar y fortalecer políticas públicas que sean realmente efectivas para frenar la violencia de género y, de manera específica, la violencia dirigida contra las personas de la comunidad trans.